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Muere Tommy Ramone, el último miembro de los Ramones originales

El batería de la banda fallece en Nueva York a los 65 años víctimas de un cáncer

Diego A. Manrique
Tommy Ramone, en una imagen de 2005.
Tommy Ramone, en una imagen de 2005.Tina Fineberg (AP)

Víctima de un cáncer de las vías biliares, Tommy Ramone murió el viernes en su casa de Nueva York, a los 65 años. Era el último miembro vivo de los Ramones originales. Se certifica una vez más que sufrieron…iba a decir «una maldición», pero eso quedaría excesivamente melodramático; sí puede afirmarse que tuvieron la peor suerte de todos los grandes grupos de los setenta. ¿Y cómo se cuantifica eso? Comparando su reputación y su influencia con su impacto comercial. En su país de origen, The Ramones nunca pasaron de ser un chiste que solo pillaban unas minorías, el eterno grupo de culto, mejores vendedores de camisetas que de discos.

Psicológicamente, tal vez Tommy fuera el más preparado para las frustraciones que les esperaban. Thomas Erdelyi había nacido en Budapest en 1949. Sus padres, de origen judío, ayudados por sus vecinos, sobrevieron a las matanzas de los nazis y de sus aliados húngaros. Hungría quedó en el bloque comunista y los Erdelyi emigraron a Estados Unidos tras la fracasada revolución de 1956.

Tommy creció en Forest Hills, en el barrio neoyorquino de Queens. Era menor de edad cuando formó una banda fugaz, The Tangerine Puppets, con John Cummings y otros chicos de la vecindad. Intuyó que había más futuro entre bambalinas: como aprendiz de ingeniero de sonido, colaboró con Jimi Hendrix, Leslie West o John McLaughlin.

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A la vez que descifraba los secretos del estudio Record Plant, asimiló las realidades del negocio de la música. Era el candidato inevitable para convertirse en mánager del grupo que, hacia 1974, fundó Cummings, reinventado como Johnny Ramone. Y se hubiera quedado en las sombras de no revelarse diversas deficiencias durante los ensayos. Jeffrey Hyman, alias Joey Ramone, no daba la talla como baterista y ascendió a cantante, reemplazando a Douglas Colvin, Dee Dee Ramone para el mundo, que tocaba el bajo y componía buena parte del material.

Por pura necesidad, Tommy se encontró sentado a la batería, a la vez que ejercía de representante, con Danny Fields; a partir del segundo elepé (Leave home, 1977), también fue coproductor. Funcionaba como interlocutor con su paciente discográfica, Sire Records. Explicaba una y otra vez la fórmula ramoniana: rock elemental, contundente y breve, con abundantes referencias a la cultura basura. Suyo fue el primer himno del grupo, Blitzkrieg bop, tal vez un exorcismo de las miserias que pasaron los suyos durante la Segunda Guerra Mundial.

Copiados por infinidad de aspirantes a punkis, los Ramones creyeron que la conquista del mundo estaba a su alcance: tenían una imagen perfecta, un cancionero irresistible, la atención de los medios. Sin embargo, Tommy sabía las cifras: las escasas ventas de sus discos, las giras con mínimos beneficios, las pocas emisoras que pinchaban sus singles. Aquello no despegaba y la conjunción humana era explosiva: las adicciones de Dee Dee, el enfrentamiento ideológico entre Johnny y Joey que se convertiría en guerra silenciosa cuando el primero le quitó la novia al segundo. Exacto: como en una película de serie B.

Tommy sería coproductor de dos álbumes más, Rocket to Russia (1977) y Road to ruin (1978). A principios de 1978, harto de girar, dejó la batería a Marc Bell, inmediatamente rebautizado como Marky Ramone. Pudo comprobar que la suerte del grupo no cambiaba, aunque diversificaran su sonido con Phil Spector o Graham Gouldman, alquimistas que se supone sabían hacer éxitos. Con el tiempo, los Ramones encontrarían su filón en España y Sudamérica; su último disco de estudio se llamaría ¡Adiós amigos! (1995).

Como productor independiente, Tommy trabajó con los primeros Talking Heads y con grupos que destacaron en los ochenta, de Redd Kross a The Replacements. Volvería a echar una mano fraternal a los Ramones en Too tough to die (1984), coproducido con Ed Stasium ; conviene recordar que Tommy y Stasium tocaban muchas de las guitarras solistas en los discos que participaron, dado que Johnny Ramone prefería centrarse en la guitarra rítmica.

Resueltas sus necesidades económicas básicas por los derechos de autor del viejo grupo, terminó practicando bluegrass y otras músicas rurales en Uncle Monk, dúo con Claudia Tienan ; Tommy cantaba y tocaba la mandolina. ¿Saben? Aunque solo tuviera delante unas docenas de espectadores, parecía enormemente feliz.

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