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Greg García, el guionista de las familias disfuncionales

Álvaro P. Ruiz de Elvira

No son los más conocidos para el público en general, pero algunos de ellos son tan estrellas en el mundo televisivo como los actores. Los showrunnersproductores y en muchos casos guionistas, están ahí para dar sentido a sus proyectos, para defender ideas, para coordinar o para poner su reputación y fama a un proyecto. Los más reconocibles son gente como Steven Moffat, J.J. Abrams, David Simon, Aaron Sorkin o Alan Ball, por citar solo a un puñado. Uno de ellos, que al público puede sonar menos pero que siempre está ahí es Greg García (en la foto, a la derecha), que pasó en abril por Madrid para hablar de su trabajo en series como Me llamo Earl, Raising Hope (en España conocida solo como Hope*) o The Millers y su labor como guionista en aquella serie mítica para muchos Cosas de casa (sí, la de Steve Urkel).

García pasa por Madrid en sus vacaciones y hace un alto para un encuentro informal con varios periodistas en un restaurante. Viaja con su familia (su esposa y dos hijos), que a primera vista poco se parece a los clanes disfuncionales que suele retratar en sus series. "Me gustan los personajes normales" dice. "Crecí con series como Roseanne (1988-1997). No tengo nada contra otras como Friends o Frasier, eran buenas, pero no me sentía unido a ellas porque no vivía en un sofisticado apartamento en Nueva York o no me podía gastar todo ese dinero. Yo entendía mejor a gente con luchas verdaderas. Con la que más lo he hecho es con Me llamo Earl". Son personajes de clase media baja, que luchan por vivir, por sacar dinero para llegar a final de mes, algunos con picaresca, otros trabajando duro, otros aprovechándose de todo. En ocasiones se les llama basura blanca (white trash) de forma despectiva, pero García deja claro que es el tipo de personajes que respeta: "Siempre me esfuerzo en asegurarme que no me río de ellos. Me gustan estos personajes, así que quiero que gusten a todo el mundo". 

Vídeo cedido por Fox de una escena de Hope.

Durante la conversación aparece el hijo pequeño de García, Trace, que en Hope interpreta al personaje principal en los flashbacks de su infancia. Sin vergüenza alguna y de la forma más natural, se sienta al lado de su padre durante casi todo el encuentro a la espera de su comida. La familia es importante, es el núcleo de todo para García. No solo su hijo se ha colado en una de sus series, sino que la presencia espiritual de su madre es constante: "Cada vez que escribo un personaje femenino fuerte, la inspiración es ella". En especial el personaje de Virginia Chance (Martha Plimpton) en Hope. "Mi madre era fuerte, decía lo que tenía en la mente, siempre me hacía reír, así que creo que es la inspiración".

Greg García comenzó su carrera como guionista en los años 90. "Apenas dí una clase, pero veía mucha televisión, así que cuando me senté a escribir salió de forma natural", confiesa. Y en parte empezó a escribir para televisión a partir de un guion (escrito a todo correr una madrugada) basado en Cheers que presentó a un concurso organizado por Warner. Ganó un viaje de una semana a California, y fue entonces cuando decidió trasladarse desde la costa Este, donde vivía, a Los Ángeles.  Entre sus primeros trabajos estuvo el formar parte del equipo de guionistas de Cosas de casa o Padre de familia.  "Empecé escribiendo en una serie, desde el nivel más bajo, limpiando platos y sirviendo comidas, intentando ser gracioso e intentando gustar a los guionistas… Y eso funcionó", cuenta. Después vinieron las series que él pudo crear y coordinar: Me llamo Earl, Hope y la serie en la que trabaja en la actualidad, The Millers

 

Cosas de Casa fue su instituto y Padre de familia su universidad: "Padre de familia tenía muchos guionistas. Cuando trabajé allí tenían como una veintena. Aprendí mucho de Seth McFarlane (Ted) en la forma de trabajar. Seth nos separaba en dos o tres habitaciones, trabajando al mismo tiempo y así conseguir hacer más trabajo. Nos quedábamos hasta las dos o las tres de la mañana". García aplicó ese sistema en Me llamo Earl y en Hope y contrató a una docena de guionistas que trabajaban en dos salas separadas: "Son muchos. Suelo tener más escritores que otras series, y así puedo pasar más tiempo en el rodaje y aseguro que las tareas salen adelante. Trabajo en los guiones desde el escenario y se los mando", dice García. "En la última temporada de Hope, cuando me fui, subieron a 19 escritores, supongo que se necesitan seis guionistas para suplirme", bromea.

"No creo que pudiera hacer una serie que no fuera una comedia", afirma García, que avanza algo de lo que pretende sea su siguiente trabajo, aunque de momento es solo un proyecto, que mezclará comedia y un poco de drama: "Es algo un poco diferente. He estado visitando casas en alquiler en las montañas, casas para vacaciones, donde siempre tienen un libro de visita y ahí he escrito historias locas. 20 o 30 páginas de algo extraño que pasó. Llevo haciendo eso dos años y tengo ya 12 cuadernos. Pensé que podía ser una serie de televisión tipo Dimensión desconocida (Twilight zone), con diferentes personajes en cada episodio pero en el que la casa es el personaje principal. Algunas historias son extrañas e inquietantes y otras más divertidas. Pero no creo que pudiera escribir algo sin tratar de ser divertido". 

Cuando el guionista se entera por los periodistas que una comedia televisiva española puede llegar a los 70 minutos por episodio, los ojos se le salen: "Vaya, eso es difícil. Nosotros hemos hecho algunos capítulos de una hora de duración y a veces es difícil mantener la historia viva durante una hora y que sea interesante. Siempre ha sido una lucha. Para mí siempre lo ha sido con comedia. ¿Y eso es con anuncios? Guau, no se cómo reaccionaría la audiencia americana ante eso". 

 

Earl Hickey, interpretado por Jason Lee, es el personaje que le dio la fama a Garcia. Durante cuatro temporadas (2005-2009) este hombrecillo cautivó a la audiencia con su lista de "malas acciones que he hecho en la vida y tengo que arreglar" y la idea del karma: si haces buenas acciones te pasarán cosas buenas. A Earl la vida le da palos por todas partes: no tiene trabajo (y en verdad no lo busca, prefiere delinquir), le abandona su mujer, con la que tenía dos hijos (ninguno de él), es atropellado... 

Con Mi nombre es Earl, cancelada, García acabó la serie con un episodio que decía "Continuará", algo que, a modo de broma y como firma personal, le hubiese gustado hacer también en Hope (también cancelada tras cuatro temporadas). No le dejaron, pero a él la idea del "To be continued", en las series y en la vida, le gusta. ¿Y cómo continuó la vida de Earl?: "Conoció a una mujer encantadora y condujo hacia la puesta de sol. Nunca tuve la oportunidad de termiar esa serie, pero sabía cómo quería hacerlo. Todo el mundo quería saber si iba a terminar su lista y la verdad es que no iba a hacerlo, le iban a quedar muchas cosas por hacer e iba a estar luchando mucho con una de las tareas y alguien iba a aparecer, probablemente una mujer, y le iba a decir, perdona, pero te hice esto malo hace mucho tiempo y tengo esta lista y necesito borrarte… y se iba a dar cuenta de que había mucha gente imitando lo de su lista y de que había hecho más bien que mal y que podía dejar de arreglar los asuntos de su lista", cuenta García. "Así que ahora Earl está feliz en algún sitio".

* Fox estrena la cuarta y última temporada de Hope el 7 de julio de 2014 (De lunes a viernes a las 18.25).

Comentarios

corregirse es de sabios, me quito el sombrero
Una entrevista muy interesante. Agradezco especialmente saber por fin el destino de Earl. Habría sido un final muy bueno, muy imaginativo.La pena fue que los guiones de RH decayeran a partir de casi la mitad de la serie; quizá no por casualidad, desde que la tensión sexual no satisfecha fue finalmente satisfecha.Aun así, todo lo que venga de García merecerá mi atención. Se lo ha ganado.

Comentarios

corregirse es de sabios, me quito el sombrero
Una entrevista muy interesante. Agradezco especialmente saber por fin el destino de Earl. Habría sido un final muy bueno, muy imaginativo.La pena fue que los guiones de RH decayeran a partir de casi la mitad de la serie; quizá no por casualidad, desde que la tensión sexual no satisfecha fue finalmente satisfecha.Aun así, todo lo que venga de García merecerá mi atención. Se lo ha ganado.

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