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Dos heridos graves y un tercero por asta de toro en el encierro de Torrestrella

Trepidante primera carrera protagonizada por una de las ganaderías más peligrosas

Antonio Lorca

Se cumplió la tradición. Muchos corredores, tensión en el ambiente y emoción a raudales en el estreno de los encierros de San Fermín.Y los toros de Torrestrella —solo cinco, pues uno de ellos se lesionó en el encierrillo la noche anterior— hicieron honor a su bien ganada fama de peligrosos a lo largo de las trece ocasiones en que han corrido por las calles de Pamplona. El balance de esta mañana es dos heridos graves, A.G.O., de 34 años y vecino de Deba (Guipúzcoa), por contusión torácica con hemoneumotorax izquierdo y múltiples fracturas costales, y V.O.M., de 55 años y vecino de la localidad valenciana de Vinalesa, que presenta fractura de la meseta tibial izquierda y fractura del peroné derecho.

El único herido por asta de toro del encierro, M.J.B., de 52 años y vecino de la localidad navarra de Cascante, permanece ingresado en estado menos grave por herida en región perineal de seis centímetros de longitud, sin afectación visceral ni neurovascular relevante. Al Complejo Hospitalario de Navarra ha sido trasladado también L.G.B., de 31 años y vecino de San Sebastián, a quien se le ha diagnosticado un traumatismo leve y ha sido dado de alta tras ser atendido. El quinto corredor trasladado ha sido atendido en el centro Doctor San Martín por una contusión en la columna, según el parte médico emitido por el Complejo Hospitalario de Navarra.

El número de heridos habla bien a las claras de cómo se las gastan los astifinos astados gaditanos, que ocupan el segundo lugar entre las ganaderías que han repartido más cornadas a lo largo de la historia.

De momento, en esta edición se ha producido una de las cogidas más tempraneras, de modo que no hacía pocos segundos que se había puesto el balón en juego cuando uno de los jugadores, un toraco astifino que había salido a toda velocidad de los corrales de Santo Domingo, se escoró hacia la acera derecha de la cuesta de Santo Domingo y empitonó a un corredor que no alcanzó a tiempo la pared, atestada de compañeros con el alma en vilo. Pronto se le aguó la fiesta al mozo herido. Y allí quedó la peculiar carta de presentación de Torrestrella.

El suelo mojado por el agua caída ayer no afectó a la carrera

Continuó la carrera compacta hacia la plaza del Ayuntamiento, y alcanzó la curva de Mercaderes, donde dos toros toman la cabeza del pelotón mientras otro resbala y queda rezagado. Ahí parece que toma cuerpo el primer encierro sanferminero y ya en la calle Mercaderes se producen trepidantes carreras, atropellos, caídas y revolcones, al tiempo que la manada se rompe definitivamente y permite el lucimiento de quienes tienen más suerte y salen indemnes de su estrecha relación con los morlacos. Es en esa calle donde varios corredores sufren diversos traumatismos que les invitan a hacer un dolorido paseo en ambulancia hasta el complejo hospitalario de Pamplona y decir adiós a las fiestas. Es la parte menos divertida de los encierros.

Una muchedumbre enfila el tramo de Teléfónica camino de la plaza, y justo al lado mismo de las puertas que dan acceso al coso cae uno de los dos toros que abrían la carrera y que acababa de limpiar el flanco derecho el vallado. Hubo tropiezos de toros y mozos, pero el accidente no pasó a mayores pues el caído comprendió pronto su desairada situación y recuperó la verticalidad y la fila en un santiamén. Así, todo ufano, se abrió paso entre la muchachada y alcanzó airoso el ruedo de la plaza.

Al final, el reloj marcaba 2 minutos y 25 segundos; un encierro rápido trepidante y vibrante protagonizado por una ganadería habitual en esta feria y que se supone que por tradición oral deberá conocer los avatares de la carrera.

No llovió, que es buena noticia; el suelo mojado por el agua caída ayer no afectó a la carrera, y los toros descansan ya en los corrales a la espera de su postrero ejercicio vital en el que se enfrentarán a un cartel compuesto por los espadas Antonio Ferrera, Miguel Abellán y Daniel Luque, que sustituye a David Mora, aún convaleciente de su grave cogida en el pasado San Isidro.

Los toros de Torrestrella, en los corrales; y los primeros heridos, en los hospitales. Lo normal en estas fiestas…

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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