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Tentaciones
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The Black Keys, 'Turn Blue'

No es un disco para disfrutar a fondo de inmediato pero sí es disfrutable a largo plazo

Ghoulardi fue un presentador de una cadena de televisión de Cleveland que obtuvo una cierta notoriedad en los sesenta. Hacía lo mismo que popularizó a Elvira dos décadas después, presentar sesiones de cine de terror y serie B, jugando a meter miedo al personal con sentencias como “stay sick, turn blue”, que más o menos venía a decir: “Sigue enfermo, muérete”. The Cramps se apropiaron de la primera parte del lema en 1990 para bautizar su álbum de entonces y propagar de nuevo su amor por el rock & roll como estilo de vida indomable. Ahora el final de dicha oración es el título del octavo disco de The Black Keys, que se valen de ella para sentenciar, aunque sea en clave de humor, que si no te gusta este disco, ya sabes lo que puedes hacer. Para entender el chiste hay que retroceder unos cinco años en el tiempo y volver a Brotherhood (2010), el arranque de una ascensión comercial que eclosionó con El Camino (2012). Dan Auerbach -cantante y guitarra, primo del inimitable Robert Quine- y Ralph Carney -batería, sobrino del saxofonista Ralph Carney, miembro fundamental del rock underground de Akron en los 70- vivieron asombrados la llegada de discos de platino y Grammys, pero sin olvidar que venían de poner al día el blues rock, nadando contracorriente y sin subirse a ningún carro. Durante años fueron lo opuesto a un grupo hip a pesar de experimentos como Blackroc, donde se aliaban con músicos de hip hop para fusionarlo con el blues. El viaje hacia la aceptación fue largo, lo suficiente como para no olvidarlo sacando en portada de su penúltimo álbum la primera furgoneta con la que salieron de gira, cuando aún tenían que turnarse para conducir hacia los conciertos.

Título: Turn Blue

Género: Blues rock

Sello: Nonesuch / Warner

Año: 2014

Puntuación: tres estrellas

En ese cruce de caminos que es el éxito, Auerbach y Carney podían haber dado un traspiés, y no ha sido así. Siguen compartiendo labores de producción con Danger Mouse, con el que trabajan desde Attack & Release (2008), aliado clave para seguir haciendo discos que no suenen iguales entre sí. Turn Blue obliga a prestar atención de principio a fin, discurre muy a menudo entre piezas de medio tiempo, y solo lo pone fácil cuando llega Fever o la stoniana Gotta Get Away. El primer tema ya da la pauta de lo que es el álbum, con seis minutos y 50 segundos de cambios y unos teclados con una presencia inédita hasta ahora en su música; hasta que entra la voz, Weight Of Love podría parecer un tema de Air. It’s Up To You Now comienza y termina como un tema de Bo Diddley, pero a mitad se transforma en Led Zeppelin. El influjo soul de Motown, Stax y Hi impregna de fuerza sensual 10 Lovers, Turn Blue, Years In Review y Waiting On Words. Black Keys se mantienen fieles a su instinto y siguen complaciendo a quiénes quieran escucharles. Los que quieran otro Lonely Boy tendrán que conformarse con Fever, y aceptar que Turn Blue no es un disco para disfrutar a fondo de inmediato pero sí es disfrutable a largo plazo.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.

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