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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Escribió para que le quisieran sus amigos

"Su pérdida significa para mí, antes que nada, la ausencia de un amigo entrañable"

Juan Luis Cebrián
Fidel Castro, Gabriel García Márquez y Juan Luis Cebrián, en un vuelo de La Habana a Managua en 1985.
Fidel Castro, Gabriel García Márquez y Juan Luis Cebrián, en un vuelo de La Habana a Managua en 1985.

García Márquez fue, sin lugar a dudas, el escritor en lengua castellana más importante del siglo XX y uno de los más universales de toda la Historia. Su pérdida es hoy sentida por millones de personas. Para mí significa, antes que nada, la ausencia de un amigo entrañable, insustituible. Recorrimos juntos los lugares míticos de Cartagena de Indias en donde se desveló El amor en los tiempos del cólera. Departimos largas noches con Fidel Castro en Cuba, y juntos viajamos a Nicaragua para asistir a la primera posesión de Daniel Ortega al frente del gobierno triunfante en la revolución sandinista. Con Carlos Fuentes, Alvaro Mutis, José Saramago, Sergio Ramírez, Hector Aguilar, Angeles Mastretta, Julio Ortega y tantos y tantos otros amigos entrañables, escritores y periodistas, políticos y empresarios, departimos durante noches sin fin en México, en Nueva York, en Barcelona, en Madrid. Nos bañamos juntos en las aguas cristalinas de Menorca y participé junto a él en decenas de actos universitarios. Compartimos acuerdos y discrepancias con Felipe González, Adolfo Suárez, Ricardo Lagos, Fernando Henrique Cardoso, Julio Maria Sanguinetti; me presentó a Carlos Salinas recién encaramado este a la silla del Águila; corrigió con desmesurada paciencia la biografía que de él publiqué en el Círculo de Lectores; me dejó compartir caminatas, conversaciones, lecturas. Viví la ensoñación de participar de algún modo en sus andanzas. Conocí su bondad inigualable, su timidez oculta, su generosidad sin límites. No creo haber respetado ni admirado tanto a ningún otro artista de cuantos he conocido. Alcanzó la inmortalidad mucho antes de que le sobreviniera la muerte física. Tuvo una buena vida, una mujer inigualable y una familia hermosa. Siempre dijo que escribía sobre todo para que le quisieran más sus amigos. Hoy me siento inmensamente agradecido por haber tenido el inmenso privilegio de poder contarme entre ellos.

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