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Fringe ‘reloaded’ o la invasión del Español

El festival del Ayuntamiento dedicado a las nuevas propuestas escénicas intervendrá desde hoy y hasta el 4 de mayo diversos espacios del coliseo madrileño

'Symon Pédícrí', de Diego Anido.
'Symon Pédícrí', de Diego Anido.

Riesgo, originalidad y atrevimiento, estos son los adjetivos con los que el equipo de dirección del festival quiere que se identifique el Fringe. Una experiencia que comenzó en el Centro Cultural Conde Duque hace dos años, que el año pasado creció ya con Matadero como centro neurálgico y que tiene su tercera cita con los madrileños el próximo mes de julio. Pero el Fringe, organizado y financiado completamente por el Ayuntamiento de Madrid, quiere expandirse. No solo espacialmente, el año pasado ya estuvieron presentes en varias salas y espacios madrileños, sino también temporal e ideológicamente. Su nuevo objetivo: intervenir uno de los espacios escénicos madrileños más tradicionales, el Teatro Español. Nace el Refringe.

El Refringe, que comienza hoy, consta de cuatro semanas y cinco propuestas ya presentes en ediciones pasadas del festival y sobre las que su director, Joan Picanyol, afirma: “No se trataba de programar lo mejor, pero si espectáculos que fueran muy representativos de lo que el festival ha sido y es y llevarlo a un teatro con un público que normalmente no va a ver este tipo de teatro”. Así hoy, en la Sala de los Balcones del Español, inaugurará el certamen la propuesta de la artista plástica Cecilia Molano y la bailarina Magdalena Garzón, Partitura inestable, un trabajo en el que la pieza se va creando entre la interacción del trazo de Molano y el movimiento de Garzón y donde se une la danza, el video-performance, la reflexión cercana y la vertiente poética.

La segunda semana llega uno de los proyectos más sólidos y esperados, trabajo presente en la edición pasada del Fringe pero que se presentó sin estar todavía terminado: Symon Pédícrí, un espectáculo unipersonal pero desdoblado en ventriloquía donde el creador Diego Anido une danza, manipulación de objetos, música y mucha solvencia. Estará en la Sala pequeña del Español del 17 al 20 de abril. Apoyado por Iberescena, por el Festival de TNT de Tarrasa y el Alt de Vigo, por la fábrica de creación El Graner, por el L’Estruch de Sabadell y por el Centro Dramático de Galicia la pieza está destinada a girar. Momento dulce de Anido que completa el personal e intransferible camino de investigación unipersonal que lleva recorriendo desde hace más de diez años.

La tercera semana aterriza un espectáculo que ya pudo verse en una incómoda sala de El Conde Duque en la primera edición del Fringe: The sirens, the sirens, del colectivo hispano británico Sleepwalk Collective. Una buena cita para conocer el trabajo de esta compañía y la fuerza escénica de Iara Solano en esta pieza que recuerda por momentos la narratividad y fisicidad de El matrimonio Palavrakis de la Liddell, la poesía negra de Corcobado o ciertos toques estéticos a lo Fabre. En Madrid ya tienen adeptos. Las fechas, del 24 al 27 de este mes en la sala pequeña del Español.

'The sirens, the sirens', del grupo hispano británico Sleepwalk Collective.
'The sirens, the sirens', del grupo hispano británico Sleepwalk Collective.

La cuarta semana se cerrará con dos propuestas. La primera, la instalación audiovisual del colectivo Sala46, Apnea, que ellos mismos denominan “espectáculo audiovisual interactivo (buceo libre)” y que podrá verse en la Sala de los Balcones del 1 al 4 de mayo. Y finalmente, Punto muerto de la compañía Con R@stro Teatro Invasivo, propuesta “sitespecific” que ocupará los baños del Español también del 1 al 4 de mayo.

“El Fringe es un festival que ofrece muchas cosas a las compañía participantes pero, seamos realistas, pagamos poco dinero. Por eso intentamos dar todo el servicio y acompañamiento que podemos a las compañías. Sabemos que para ellos, por ejemplo, poder tener una reseña en un periódico importante es mucho e intentamos hacer todo lo posible para que eso pase. Además, a lo largo del año, anunciamos las funciones que las compañías que han pasado por el Fringe tienen en España o fuera de España… Queremos que el teatro alternativo se promocione y llegue a lugares donde normalmente no llega. De ahí que hagamos este ciclo en el Español. Teníamos muchas ganas de que el espectador fiel pero tradicional del Español pudiera acercarse a este otro tipo de propuesta”, afirma un Picanyol efervescente y de charla animada. Al preguntarle si estar en el principal teatro regido por el Ayuntamiento de Madrid ha sido posible dado los criticados huecos en la programación, Picanyol contesta raudo: “Si la pregunta es si hace dos años teníamos proyectado ir al Español, pues he de decir que no. El Fringe quiere promocionar un tipo de teatro y lo hacemos a la mínima que tenemos la oportunidad. Vimos que había una oportunidad en el Español y la cogimos. Al todavía director artístico del Ayuntamiento (Picanyol se refiere a Natalio Grueso, que ha anunciado su marcha en junio del 2014) le pareció muy buena idea y la hemos llevado a cabo”.

Picanyol fue mano derecha de Natalio Grueso en su anterior proyecto, la dirección del Centro Niemeyer de Avilés por la que Grueso está imputado por un supuesto delito societario, recaló en Madrid cuando el Ayuntamiento de Ana Botella trajo a Grueso entre oropeles. Cuando se le pregunta por el peligro de que el Fringe quede un tanto huérfano debido a la marcha de su jefe directo, responde: “De ninguna manera. Eso no puede pasar. Me extrañaría mucho, nuestra obsesión con el Fringe es que sea un festival de la ciudad de Madrid, de ahí que hayamos desde un principio intentado expandirlo a más espacios. Y creo que lo estamos consiguiendo. Este año, en julio, el Fringe se va convertir en la muestra internacional por excelencia de Madrid. Ahora, desaparecido Escena Contemporánea, y con la apuesta más local de la Comunidad de Madrid, creo que esto es claro”, comenta Picanyol refiriéndose al nuevo festival que organiza la Comunidad de Madrid, Surge, que aglomerará 93 estrenos madrileños en 31 diferentes espacios de mediano y pequeño formato de la capital en el mes de mayo.

'Partitura inestable', de la artista plástica Cecilia Molano y la bailarina Magdalena Garzón.
'Partitura inestable', de la artista plástica Cecilia Molano y la bailarina Magdalena Garzón.

“Madrid se está desconectando del mundo, no puede ser. En julio presentaremos un festival con un modelo muy similar al año pasado (la segunda edición albergo setenta espectáculos de diez países diferentes). Todavía estamos recogiendo propuestas pero ya puedo decir que el lugar de donde más hemos recibido proyectos es de México, luego de Barcelona y luego de Madrid. De Inglaterra también estamos recibiendo mucha cantidad y además estamos trabajando un proyecto que todavía no puedo avanzar con Portugal. La conexión con la vanguardia internacional que suponía Escena Contemporánea no se puede perder, Madrid no puede quedar incomunicado”, precisa Picanyol.

Los términos vanguardia y alternativo surgen durante la conversación varias veces referidos al Fringe, al pedirle a Picanyol que precise, contesta: “La verdad es que no acabo de tener claro qué término utilizar, soy consciente de no ser consistente. El término vanguardia me da muchas veces rabia pues la gente lo identifica con lo raro, con propuestas crípticas. A nosotros nos gusta más el término arriesgado, que quizá se acerque más a lo alternativo por lo que tiene de periférico. Quizá alternativo es mejor que vanguardia pero el Fringe prefiere lo arriesgado, lo atrevido, la originalidad” concluye.

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