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Un autorretrato secreto de Tiziano ve la luz en Venecia

El Museo Correr expone el trabajo del pintor renacentista ya octogenario, una obra maestra de extraordinaria fuerza expresiva

Tiziano Vecellio, Autorretrato, 1575 aproximadamente.
Tiziano Vecellio, Autorretrato, 1575 aproximadamente.

Barbudo y de perfil, de unos 85 años, con el rostro marcado por las arrugas en las mejillas, la frente y alrededor de la boca. Este es el autorretrato con el cual el gran pintor Tiziano Vecellio (Pieve di Cadore, hacia 1477 y 1482 - Venecia, 1576) quiso ser recordado. Lo dibujó en el atardecer de su existencia y muy enfermo, aún capaz de plasmar en el papel su extraordinaria fuerza expresiva. La humanidad heredó así un pequeño dibujo de apenas 12 por 10 centímetros, tan solo desde hace algunos años atribuido al gran maestro. Ahora puede verse por primera vez en el Museo Correr –hasta el 15 de junio– como única obra de la exposición Tiziano, un autorretrato. Problemas de autografía en la gráfica tizianesca.

Aprendiz de Giovanni Bellini, pintor oficial de la República Serenísima de Venecia, pintor preferido de Carlos V, retratista oficial de Felipe II, rey de España, entre otros personajes, Tiziano era un gran pintor, pero también un hábil dibujante. ¿O era mejor dibujante Miguel Ángel? Es probable que Tiziano viviera toda su existencia con tal piedrita en el zapato. El autorretrato expuesto en el Correr es la mejor evidencia de que el diminuto dibujo es una verdadera obra de arte. Y además aporta nuevas luces para comprender mejor la trayectoria artística de Tiziano, según la experta Luba Freedman, docente de arquitectura y bellas artes en la Universidad Hebrea de Jerusalén y autora de dos libros sobre el pintor véneto. “He llegado a la conclusión de que el dibujo es una clara prueba no solo del aspecto físico del pintor en la vejez, sino también de la reconocible calidad de su arte. Siento que envuelve diversos mensajes enviados por el artista anciano al observador”, escribe Freedman. Además de Freedman, Jodi Cranston, profesora de historia del arte y arquitectura de la Universidad de Boston y Joanna Woods-Marsden, profesora de historia del arte del Renacimiento en la Universidad de California, han contribuido con textos que aportan nuevas luces al debate sobre la producción gráfica de uno de los mayores exponentes de la escuela veneciana.

Tiziano buscaba dejar una imagen realista y al mismo tiempo vibrante de un hombre octogenario

Y en efecto, mirando de cerca el último acto del gran retratista y paisajista del Renacimiento, el espectador curioso puede llegar a comprender que la verdadera intención de Tiziano, seguramente no era autorretratarse con los signos de la vejez, sino más bien, buscaba dejar una imagen realista y al mismo tiempo vibrante de un hombre octogenario. “Aunque no gozaba de buena salud, retrata con maestría su propia imagen idealizada en la pureza del contorno y realista en la pureza de los detalles dibujados en el rostro anciano. El autorretrato contrapone el espíritu del genio que nunca se plegó al envejecimiento. Siendo anciano sigue siendo bello porque destaca el alma del maestro”, escribe la experta Freedman. El autorretrato fue descubierto por casualidad en Estados Unidos, en 2003 cuando apareció en la portada de la revista Estudios tizianescos y por mucho tiempo fue atribuido a Giuseppe Porta Salviati. En 2007 el estudioso David Rosand otorgó la paternidad del dibujo de Tiziano, hoy propiedad de una colección privada.

Voces erradas corrían en la corte española. Tiziano “era solo capaz de pintar borrones”

La técnica empleada por Tiziano en su póstumo autorretrato reúne todo su talento pictórico y gráfico. El busto se apodera por completo del papel, la cabeza ocupa un plano muy bien definido con líneas nítidas, entre las que destacan un gorrito y la nariz aguileña. Por su parte, la barba y el bigote ondulados brindan movimiento. En segundo plano aparecen los pliegues suaves de su vestido. Utilizó tizas negras gruesas en los trazos más decididos y carbón en la líneas más finas. Cabe preguntarse por qué Tiziano optó por un tamaño tan pequeño. Hay quien sotiene que era un regalo enviado en un sobre a Felipe II. Pero el verdadero motor que movió a Tiziano fue silenciar las voces erradas que corrían en la corte española, según las cuales “era solo capaz de pintar borrones”. Fue realizado en 1575, un año antes de morir en plena peste venciana. El viejo maestro presentía la muerte, pero no la inmortalidad.

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