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Euskadi tiene un color especial, sobre todo en la taquilla

La película logra otro récord: crece su recaudación en la tercera semana. El filme de Martínez-Lázaro bate todas las marcas

El ex-lehendakari Patxi López y su mujer Begoña Giñ en lños cines Zubiarte de Bilbao para ver la película 'Ocho apellidos vascos'.
El ex-lehendakari Patxi López y su mujer Begoña Giñ en lños cines Zubiarte de Bilbao para ver la película 'Ocho apellidos vascos'.FERNADO DOMINGO-ALDAMA (EL PAÍS)

¿Hasta qué punto le viene bien a Ocho apellidos vascos la Fiesta del Cine? Subidos a una ola que ha sorprendido hasta a sus propias creadores, el pasado fin de semana la comedia de Emilio Martínez-Lázaro siguió sin encontrar un rival a su altura en los estrenos ni desfallecer en su carrera comercial: otros 5,5 millones de euros —doblando a la segunda, Capitán América: el soldado de invierno, que se proyectaba en 100 salas más (652 para el filme de Marvel, 540 en el caso de la película de Telecinco Cinema)— y 806.000 espectadores.

 Por primera vez en la historia del cine en España desde que hay datos computados, un gran estreno aumentaba en su tercer fin de semana su recaudación respecto al segundo (un 24%), que a su vez había mejorado a los primeros tres días de su estreno (en 15 días ha aumentado su taquilla un 95%). Ocho apellidos vascos sigue dentro del top 15 mundial y al finales de semana podría entrar entre las diez más recaudatorias de la historia del cine español, que comanda Lo imposible, de Bayona, con 42,3 millones de euros… si no fuera porque ayer, hoy y mañana los espectadores están pagando 2,90 euros por entrada: puede que el tirón del evento compense la rebaja de precios. El domingo acabó con 16,5 millones de euros acumulados y 2,6 millones de espectadores.

Y ayer mantenía su suma y sigue en Euskadi: Nerea, de 33 años, se quedó sin entradas para verla la pasada semana. Ayer, al segundo intento, esperó un cuarto de hora de cola en la Alhóndiga, en el centro de Bilbao, y no pudo elegir. Las sesiones de la tarde estaban agotadas y a golpe de Whatsapp logró encajar las piezas e ir con una amiga al último pase, a las 22.40, mientras su marido se quedaba con su hija. “A esa hora yo ya tengo ganas de dormir, pero no me quedo sin verla”. En los cines Artea, en Bilbao, de los 27 pases programados ayer, 17 eran para ella. La proporción era casi de un tercio de las proyecciones en los multicines de Zubiarte, también en Bilbao.

Los comentarios de los amigos han empujado a buena parte de los espectadores. “¿Las críticas? Ni idea; vengo porque a la gente que conozco le ha gustado, con un estilo Vaya semanita”, reconocía otro espectador. En la cola se reconocían las ganas de ver comedia sobre un tema que ha tardado en llegar al cine. “Es humor. Y se agradece”, decía María José Pérez. Tanto como para verla dos veces en el plazo de tres días. “Toca lo que ha sido tabú mucho tiempo”.

El éxito está creando la sensación de quedarse fuera de juego a quienes no la han visto. “Todo el mundo habla de ella”, decía minutos antes de entrar ayer en el cine el exlehendakari Patxi López. “Venimos a reírnos. Y hay que reírse de uno mismo”.

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