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CRÍTICA | JIMMY P.
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El incómodo Desplechin

La nueva película del director francés, 'Jimmy P.', es un ladrillo en toda regla

Javier Ocaña
Mathieu Amalric y Benicio del Toro en un fotograma de 'Jimmy P.'.
Mathieu Amalric y Benicio del Toro en un fotograma de 'Jimmy P.'.

Hasta hace poco Arnaud Desplechin era uno de esos autores de los que se hablaba desde hacía años en los grandes festivales y de los que nunca llegaban sus películas a España; de los que cuando por vía legal o a-legal te acercabas a sus trabajos, encontrabas historias tan sensacionales como Reyes y reina (2004). Hasta que por fin se estrenó Un cuento de Navidad (2008), su obra maestra, para muchos (no sin razón), la película definitiva sobre los conflictos familiares, sobre todo por auténtica.

La pena es que ahora que parece que su siguiente trabajo llega con normalidad a nuestras salas, y no con retraso mayúsculo o vía DVD-VOD, resulta que Jimmy P. es un ladrillo en toda regla. Rodada en EE UU y basada en una historia real, cuenta, en cierto modo, un caso de estrés postraumático tras la II Guerra Mundial en la línea de The Master, de Paul Thomas Anderson, aunque acrecentado por las circunstancias raciales y sociales de la condición del soldado, un indio nativo americano, desarraigado de su propia tierra. Desplechin, también guionista, aborda su relato con una estructura tan farragosa como plomiza, en la que abundan las digresiones y, lo peor, las duplicidades de texto, imagen y diálogo (en off y directo), con unos flashbacks analíticos del estado psiquiátrico del paciente en los que no se sabe si se están contando desde fuera de la propia secuencia, desde dentro, o incluso al estilo Fresas salvajes (con el protagonista en su interior), seguramente porque lo hace todo al mismo tiempo. Mientras, la banda sonora de Howard Shore intenta levantar el tedio por medio de la vehemencia musical, pero, como si cada aspecto fuera por su lado, acaba comiéndose literalmente las secuencias. Desplechin, nunca cómodo, siempre en busca de nuevas formas de narración, esta vez se ha despeñado con su aventura americana.

JIMMY P.

Dirección: Arnaud Desplechin.

Intérpretes: Benicio del Toro, Mathieu Amalric, Gina McKee, Larry Pine, Misty Upham.

Género: drama. Francia, 2013.

Duración: 117 minutos.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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