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El aquelarre de Alex de la Iglesia

Mañana, con el diario por 9,95 euros, el último filme del director, ‘Las brujas de Zugarramurdi’

R. G.
Mario Casas (izquierda) y Hugo Silva en un fotograma de 'Las brujas de Zugarramurdi'.
Mario Casas (izquierda) y Hugo Silva en un fotograma de 'Las brujas de Zugarramurdi'.

No hay duda posible: Alex de la Iglesia se desenvuelve como nadie en el exceso y el desenfreno. Y en ese territorio, todo lo resuelve con brillantez. Las brujas de Zugarramurdi, que hoy se ofrece con EL PAÍS, es cine torrencial, desde ese delirante atraco a mano armada por parte de unas estatuas humanas en una abarrotada Puerta del Sol, de Madrid, hasta la larga huida en taxi y la llegada al gran aquelarre que se vive en esas cuevas tan cercanas a la infancia y los recuerdos del director bilbaíno, a esas criaturas de la mitología vasca. Pero esta película es algo más que todo eso.

Es también una historia sobre la guerra de sexos o, en palabras del director, “una historia de hombres tontos contra mujeres malas”. Es el mundo de Alex de la Iglesia en estado puro que aquí demuestra que cada día rueda mejor, en un oficio en el que lo importante, dice él, “es controlar a un grupo de gente y cumplir con los tiempos”.

Es también el descubrimiento de dos actores para la comedia, Hugo Silva y Mario Casas, y su fenomenal encaje interpretativo. Silva y Casas están acompañados en el filme por las dos compañeras más fieles del cine de Alex de la Iglesia —Terele Pávez y Carmen Maura— además de Carolina Bang, Macarena Gómez, Pepón Nieto y Secun de la Rosa, entre otros muchos. La historia comienza con el robo a un establecimiento de oro en la Puerta del Sol por parte de dos atracadores, un padre incompetente que lucha por la custodia de su hijo (Hugo Silva) y un relaciones públicas atontado por noches de pastilla (Mario Casas), y la huida con el botín en un taxi. No es un viaje tranquilo, no. Les acompañan, fuerza mayor, el taxista y “un señor de Cuenca” que se cuela en el automóvil, además del hijo del padre enfrentado rabiosamente a su exmujer. Y les persiguen dos policías (Pepón Nieto y Secun de la Rosa) y la exmujer (Macarena Gómez), una enfermera igualmente enloquecida.

Lo mejor está por llegar cuando acaban en Zugarramurdi (ese pequeño paraíso verde incrustado en el norte navarro, cerca de la frontera con Francia) y caen en las garras de tres brujas (Terele Pávez, Carmen Maura y Carolina Bang) que les conducirán a un multitudinario aquelarre, con 700 brujas corriendo por las cuevas.

Las brujas de Zugarramurdi obtuvo ocho Goyas en la última gala de los premios de la Academia de Cine, entre ellos el de mejor actriz de reparto para Terele Pávez.

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