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CÁMARA OCULTA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mujeres que no lloran

El Gobierno continúa adelante, erre que erre con su perverso proyecto; y aunque el cine no pueda ser definitivo para evitarlo, la oportunidad de 'El tren de la libertad' está aquí y ahora

Participantes en el Tren de la Libertad en la estación madrileña de Atocha.
Participantes en el Tren de la Libertad en la estación madrileña de Atocha.Luis Sevillano

Coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer, este mes se organizan ciclos de películas, en este caso españolas, que han denunciado la violencia de género sufrida por muchas mujeres en sus relaciones sentimentales o sociales. No pueden faltar, entre otras, Te doy mis ojos, de Iciar Bollaín, Tac Tac, de Luis Alcoriza, Sólo mia, de Javier Balaguer, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, de Almodóvar, Celos, de Vicente Aranda, María la portuguesa, de Dacil Pérez de Guzmán, No tengas miedo, de Montxo Armendáriz, Ana y los lobos, de Saura o El mundo sigue, de Fernán Gómez… Películas de tiempos distintos y que desde diversos puntos de vista han hablado de este problema real que sacude casi a diario los titulares.

 Pero también se organizan otros ciclos con aire más festivo —Mujeres que no lloran (o casi)— en el que se muestran películas donde los personajes femeninos han tomado las riendas de su vida “incidiendo en el desarrollo de la acción”, según propone CIMA, Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, que desde hace unos años viene reivindicando el trabajo profesional de las cineastas, y que ahora anda embarcada en la terminación de la película colectiva El tren de la libertad, que se filmó durante la manifestación celebrada en Madrid contra la ley del aborto del ministro Gallardón hace ya casi un mes. Pero el tiempo corre en su contra y esta película de militancia urgente se está haciendo esperar. Cierto que se necesita dinero para acabarla, y que poner de acuerdo a las aproximadamente sesenta personas que intervienen en ella no debe de ser tarea fácil, pero mientras tanto el Gobierno continúa adelante, erre que erre con su perverso proyecto; y aunque el cine no pueda ser definitivo para evitarlo, la oportunidad de la película está aquí y ahora, sea cual sea su valor cinematográfico. El cine de guerrilla no puede esperar. Pueden verse ya algunas de sus imágenes en Internet y prometen ser de gran interés. En un orden ideal hubiera sido El tren de la libertad el colofón ideal para este Día Internacional de la Mujer junto a los ciclos de películas de mujeres que lloran… o que no lloran, aunque motivos no les faltan. No nos faltan.

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