Dan Graham abre las puertas de su casa de cristal
El artista dicta una conferencia hoy en La Casa Encendida que EL PAÍS ofrece en 'streaming'
Artista multifacético, Dan Graham (Illinois, 1942) toca los palos de la vanguardia (del videoarte a la performance, la instalación, el ensayo fílmico, la arquitectura, el feminismo o el rock) desde su vigoroso acercamiento a la cultura popular. En su discurso caben por igual la tradición del humor judío, Dean Martin, Sartre, Patti Smith o el aeropuerto de Los Ángeles. Un cóctel de referencias que él pone en acción para construir un brillante collage de ideas, imágenes y palabras. Teorías que también se materializan en sus famosas y minimalistas piezas conceptuales: los pabellones de cristal, en los que arte, arquitectura y experiencia cobran un sutil sentido.
El artista, que hoy a las 18.00 ofrece una charla en La Casa Encendida de Madrid dentro del ciclo Artist Talks, aterriza en Madrid de la mano de la galería danesa Nicolai Wallner, que expone en Arco una de sus construcciones de cristal, piezas que él rechaza etiquetar como esculturas para definirlas como construcciones públicas en las que la percepción y el juego de cada espectador forman parte sustancial de la obra. Detrás de esos pabellones, una especie de delicadas casas o casitas de cristal, se abre toda una reflexión sobre la arquitectura, el urbanismo de Estados Unidos, el paisaje y los juegos de espejos del arte moderno.
Graham, que vive en Nueva York, fue además un artista-puente con la escena del rock y el punk de la ciudad, amigo de Thurston Moore y Kim Gordon, admirador de Steve Reich, su película Rock is my religión (1982) tejía de la mano de Patti Smith su teoría sobre la música como nuevo credo juvenil a partir de los años cincuenta. Su enorme eco en jóvenes artistas estadounidenses y en muchos músicos convierten a Graham en uno de los artistas vivos más influyentes.