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Indios y vaqueros

Juan Vidal, Ana Locking y Andrés Sarda viajan hasta el lejano Oeste con sus colecciones en la tercera jornada de la Mercedes-Benz Madrid Fashion Week

Carmen Mañana
La colección de Ana Locking en Madrid Fashion Week.
La colección de Ana Locking en Madrid Fashion Week. Javier Lizón (efe)

Si Custo, DelPozo o Pedro del Hierro han viajado hasta Estados Unidos con sus colecciones, Juan Vidal, Andrés Sardá y Ana Locking también lo han hecho, pero en sentido figurado. Sin salir del recinto de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, sus tres colecciones han recorrido el país norteamericano de costa a costa en un periplo donde no han faltado ninguno de los iconos (ni de los tópicos) norteamericanos.

Juan Vidal inaugura esta tercera jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid con una ambiciosa colección que evoca la espiritualidad ancestral. Y aunque los estampados zoomórficos que articulan toda la propuesta no terminan de funcionar, el conjunto mantiene la coherencia gracias al increíble patchwork de visón, las camisas de cuero naranja y los chaquetones en jacquard de doble faz, un tejido diseñado y elaborado por el propio Vidal.

El diseñador confiesa con sencillez que esa colección, la primera que presenta tras ganar el premio L’Oreal al mejor trabajo de la MBFWM, es fruto de un diálogo comercial. “Mis clientes me echaron un poco la bronca por mi última colección de Otoño-Invierno porque, aunque ellos lo compraron encantados, sus clientes, es decir, el comprador final, no respondió tan bien porque era muy negra, muy tapada, muy pesada. Y parece que el negro nos gusta más a la gente de la moda que a la gente de la calle. Así que esta temporada he decidido ofrecer algo más colorido”, argumenta. El resultado es un trabajo energético con el que pretende abrirse hueco en la feria parisina de Tranoï, una de las más importantes del mundo y en cuya participación invirtió parte de los 100.000 euros de otro galardón, el Who’s On Next que recibió también en 2013.

Colección de Juan Vidal.
Colección de Juan Vidal.Javier Lizón (efe)

En American Landscape Ana Locking sugiere una roadmovie con final en la Luna. Locking es una de las pocas diseñadoras de MBFWM que no ha abandonado el pret a porter por la costura a medida, y eso se nota en su propuesta: faldas y jerseys “arapajoes” en tweed de algodón prensado, o pantalones y chaquetas en lana con remates flúor perfectos para pastorear el ganado. La creadora lleva los clásicos bolsillos vaqueros a abrigos y camisas de lana. Y el más difícil todavía: consigue sumar vestido de algodón grueso, pailletes y plumas, y que el resultado sea positivo (además de apetecible). El número de sudaderas por metro cuadrado de pasarela crece exponencialmente con respecto a McGuffin, su primera incursión en este género. “Son una pieza que se vende muy bien y que vende muy bien mi imagen de marca. Porque al final soy una firma con concepto y en estas sudaderas lo sintetizan bien”, argumenta.

Andrés Sardá viaja hasta Las Vegas para celebrar el espectáculo lencero con el que alegra cada temporada a la platea y, sobre todo, a fotógrafos y cámaras (y por ende a informativos y televidentes). La firma catalana repasa con sentido del humor y profusión de encaje los estereotipos femeninos de la ciudad: la chica del gánster (envuelta en pieles de Santiago Palacio), la camarera de hotel, la reina del rodeo y, como no podría ser de otra forma en la cuidad-casino, la novia, que en ligueros y velo, da el sí quiero a una Bimba Bosé transmutada en Elvis. La modelo/Dj/diseñadora hizo gala de su carácter polifacético pinchando también sobre la pasarela.

Solo Moisés Nieto se sale de esta ruta americana. El diseñador apuesta por piezas “reales” que buscan intencionadamente habitar en al fondo del armario. “Hoy, la vida, las comunicaciones y la moda es muy fugaz. Todo desaparece y yo quiero hacer prendas que permanezcan”. Con esta intención factura una propuesta en blanco y negro, rica en siluetas cocoon y fácilmente digerible. Y donde, irónicamente, destacan los vestidos y tops en lana hervida con lúrex, es decir, las piezas menos obvias. Nieto también escucha al consumidor y acorta, de cara al próximo invierno, el largo de sus faldas tras las “quejas de que diseñaba para chicas muy altas”

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