Reestrenar es fácil con los Goyas ganados

Hay otra vida después de los Goya. David Trueba es el último cineasta que puede acreditarlo. Su película Vivir es fácil con los ojos cerrados, la gran consagrada en la última ceremonia de los Goya, se volvió a exhibir este fin de semana en 176 salas. Y recaudó unos 300.000 euros, un 18% más que en su estreno y casi un tercio de sus ingresos totales, que ahora superan el millón de euros.

La película se colocó en el sexto puesto de la taquilla del fin de semana. Y, esta vez, llegó incluso a las salas de Cinesa, algo que el propio Trueba no veía muy probable tras la gala: "No creo que se estrene allí, porque la guerra es ya desatada". Se refería a que, antes de entrar en esta nueva vida que le deparará el haber ganado los principales Goya, Vivir es fácil con los ojos cerrados se estrenó con 131 copias, menos de las que preveía inicialmente precisamente por las discrepancias entre esa compañía y Universal. El filme recaudó 700.000 euros. 

A pesar de tener 181 copias comprometidas, Cinesa decidió no estrenarla por desavenencias económicas con la distribuidora. Trueba lo dejó claro: “No busco quién tiene la culpa o la razón. Pero lo que está claro es que para nosotros fue demoledor”.

En un columna publicada en este diario en noviembre, David Trueba se quejaba del maltrato de las exhibidoras hacia el cine español. "A nosotros nos tocó ser excluidos de todo el circuito de salas de Cinesa porque exigía a la distribuidora un porcentaje de cada entrada más elevado, mientras ante el espectador, todos se ponen cucos y generosos y ofrendan un futuro lleno de rebajas y promociones tan meloso como el nuevo anuncio de la Lotería Nacional", escribía en Lo que hay.