_
_
_
_
_
OBITUARIO

Riz Ortolani, el maestro de las bandas sonoras

Sus composiciones pusieron música a un sinfín de películas -especialmente 'western' y series de televisión

Riz Ortolani, en octubre de 2013.
Riz Ortolani, en octubre de 2013.GETTY

Hay lugares de nacimiento que condicionan una vida, que saben acompañar un destino. El compositor italiano Riziero Ortolani, gran maestro de las bandas sonoras que falleció en Roma por las consecuencias de una bronquitis, vino al mundo hace 87 años en Pesaro, la ciudad de Gioacchino Rossini. Riz, como se le conocía, estudió música desde niño y, ya de adulto, sus partituras sostuvieron la obra de directores como Vittorio de Sica, Franco Zeffirelli, Dino Risi —suyo el tema de La escapada— o Damiano Damiani, con el cual puso en la pantalla exitosos espaguetis western. Su producción para el cine del Oeste, tan cargada de épica batallera, fascinó al estadounidense Quentin Tarantino, que utilizó Il giorno dell’ira en Kill Bill y en Django.

Ortolani se fue del mundo envuelto por la misma discreción en la cual vivió, y trabajando hasta el final: su última labor para una serie de Pupi Avati acaba de ser emitida en la RAI. Ganó dos Globos de oro y un Grammy, dos veces fue candidato al Oscar y obtuvo cinco galardones con el David de Donatello, la mayor condecoración en patria. En octubre de 2013, hace apenas cuatro meses, recibió el premio para la trayectoria en el festival mundial de la banda sonora de Gante, en Bélgica.

Una carrera la suya que, sin embargo, no se quedó confinada en el mundo del cine, sino que supo espaciar en el teatro, en la televisión y lució la dirección de orquestas prestigiosas para varios conciertos sinfónicos.

Ortolani nació el 25 de marzo de 1926 en Pesaro, una localidad de 90.000 habitantes, en la mitad del botín, asomada al mar Adriático. Era el más pequeño de los seis hijos de un apasionado melómano. Con cuatro años el padre le encaminó en el aprendizaje del violín, pero un accidente de coche le dejó el codo lesionado y Riz fue obligado a cambiar de sueños: tuvo que colgar en la pared el violín. Con 12 años se inscribe en el prestigioso conservatorio Giocchino Rossini para estudiar composición y flauto. Con 19 años se diploma y entra en la orquesta de su ciudad como primer flauto. Tres años más tarde se traslada a Roma, donde toca el piano en locales y empieza a trabajar en la RAI, la cadena pública de radio y televisiones, para dirigir su orquesta en los programas en directo radiofónico.

Con menos de 30, funda y anima su propio grupo de jazz, pero a mediados de los años cincuenta se muda a EE UU. Toca en clubs célebres en el planeta entero, como el mítico Ciro’s de Hollywood, y empieza a colaborar con productoras del séptimo arte como MGM, United Artists, Paramount y Columbia Picture. En 1956, en Ciudad del México, se casó con Katyna Ranieri, cantante y actriz italiana que ya tenía un hijo, Enrico, que Ortolani cría como suyo propio.

Riz y Katyna no se separaron jamás, supieron colaborar y compartir los encargos de trabajo y sostenerse hasta el final. Tuvieron una niña a la que llamaron Rizia.

La permanencia en la meca del cine nunca fue definitiva para el compositor. Riz estaba demasiado vinculado a su patria. En 1961 volvió a Roma y firmó la banda sonora de Mondo cane, película naturalista de Gualtiero Jacopetti, Paolo Cavara e Franco Prosperi. La canción que acompaña los títulos de inicio, More, es un éxito mundial: se hacen más de 300 versiones, gana un Grammy y es seleccinada para competir al Oscar como mejor tema original. En la noche de los Oscar de 1964, fue la misma Katyna quien interpretó More en vivo, única itailana en cantar en la historia del premio más anhelado del cine.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_