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OBITUARIO

Jean Babilée, decano de la danza francesa

Su medio siglo de trayectoria fue un experimento continuo en busca de nuevos lenguajes

Jean Babilée, en 'Le jeune homme et la morte', en 1946.
Jean Babilée, en 'Le jeune homme et la morte', en 1946.R. VIOLLET (GETTY)

El legendario bailarín de ballet Jean Babilée (París, 1923) falleció el pasado 30 de enero, cuando acababa de cumplir 91 años. El danzarín, cuyo verdadero nombre era Jean Gutmann, había sido ingresado de urgencia hace cinco días en el Hospital Cochin de París por una fractura de la cabeza del fémur y falleció por complicaciones pulmonares.

Babilée, hijo de un reputado médico oftalmólogo y también pintor, comenzó a a estudiar ballet en la escuela de la Ópera de París, donde sus principales profesores fueron Gustave Ricaux, Alexandre Volinine y Victor Gsovski. Desde muy pequeño,mostró unas dotes excepcionales, supliendo su baja estatura con sus gráciles proporciones, su facilidad para la técnica y dos características excepcionales: su ballon (ese efecto de mantenerse suspendido en el aire al saltar) y su capacidad para los roles dramáticos o poéticos. Triunfó en piezas que le venían como un guante del gran repertorio tradicional: el Espectro de la rosa y El pájaro azul, pues su virtuosa rapidez de pies también le dio pronta fama.

Durante la ocupación alemana en Francia, Babilée viajó a Cannes y se integró en la compañía de Marika Besobasova desde finales de 1940. En diciembre de 1944 hizo un debut triunfal en las Soirées de la danse organizadas por Irene Lidova en el Teatro Sarah Bernhardt de París. Ya en 1945 entra en los Ballets de Roland Petit, con los que recibe elogiosas críticas por el papel del Joker en Jeu de cartes —con coreografía de Janine Charrat— y en el del joven suicida de Le jeune homme et la morte, con guion de Jean Cocteau y coreografía de Roland Petit; este papel le dio fama mundial y lo bailó un año después en el Teatro alla Scala de Milán acompañado en el papel de La Muerte por Natalie Philippart, que además se convertiría en su primera esposa; bailó también con ella en Edipo y la esfinge (1948), de David Lichine.

La primera coreografía que firmó Jean Babilée fue Amour et son amour (1948, música de César Franck) para el Ballet de los Campos Elíseos y en 1949 creó un Till Eulenspiegel sobre la partitura de Richad Strauss. Después trabajó con Aurelio Miloss en la temporada de 1950-51 en el Mayo Musical Florentino, donde encarnó los roles protagónicos en Don Juan y Mystères. El año 1953 marca su regreso a la Ópera de París, donde bailó Giselle junto a Liane Daydé.

Sus creaciones para la escena de finales de los años cuarenta preludiaron una fecunda carrera como coreógrafo. En 1955 produjo Balance à trois para la Ópera de Montecarlo, con música de Damase, reponiendo la pieza un año después en el Teatro de los Campos Elíseos, trabajo que alternó con otras creaciones, como Sable y Caméléopard, con música de Sauguet, en los que compartía escena con Claire Sombert e Iovanka Biegovich. En estos años, aún persistía la fama universal que consolidó con la pieza de Cocteau y Petit, al punto de que Lucchino Visconti idea para él Mario y el mago (basado en el relato de Thomas Mann) en el Teatro alla Scala de Milán en 1956, con coreografía de Leonidas Massine.

Bailée fundó una compañía propia en 1956, que se mantuvo activa hasta 1959. En esta época también aparece en filmes de Georges Franju y Michel Drach y en obras teatrales como Orfeo desciende, de Tennessee Williams, y El balcón, de Jean Genet, lo mismo que en el drama danzado La reina verde, que montó Maurice Béjart en 1963. El coreógrafo Joseph Lazzini le escoge en 1967 para El hijo pródigo y el bailarín gana la Estrella de Oro del Festival Internacional de París. Su inquietud e interés por el arte moderno, una constante de toda su carrera, le lleva a crear en 1968 Hai-Kai para el Ballet Teatro Contemporáneo. En esas fechas obtiene un sonado éxito con su propia versión de La historia del soldado de Stravinski.

En busca siempre de nuevos medios de expresión, fue uno de los primeros coreógrafos que (en 1971) creó para la televisión un ballet ayudado por una primitiva computadora.

Durante una única temporada (1972-73), Babilée dirigió el Ballet del Rhin en la Ópera de Estrasburgo. Sus cualidades físicas le permitieron volver a la escena en Nueva York, con 56 años, para hacer Live (1979), ideado para él por Béjart, trabajo que repone en la Ópera de París.

Sus dotes físicas le permitieron una longevidad artística extraordinaria, ya bien entrado en su sexta década. Son recordadas sus repetidas apariciones junto a Rosella Hightower en el Festival de Avignon. En 2008 recibió el premio a toda su carrera del Festival Internacional de Ballet de Miami. En 2000 se estrenó un biopic sobre su figura, Le mystère Babilée, de Patrick Bensard.

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