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Cines de repertorio: ¿El final de un sueño?

The Rep es un que habla del pasado, y del incierto futuro que espera a los 'repertory cinemas' en Norteamérica

En Estados Unidos y Canadá se los conoce como repertory cinemas o simplemente reps, unas salas que proyectan películas clásicas y de culto, locales que están a medio camino entre los cines de reestreno y los de arte y ensayo. Nacieron en la década de los veinte y treinta del siglo pasado y se especializaron en proyectar películas europeas, sobre todo alemanas y soviéticas. Eran, en definitiva, una alternativa a la programación convencional que ofrecían los grandes estudios y servían para mantener viva la idea del cine como arte y cultura y no solo como mero negocio y espectáculo.

The Rep, el documental que TCM emite los días 6 y 8 de febrero y que ha sido dirigido por Morgan White, habla del pasado, y del incierto futuro que espera a los repertory cinemas en Norteamérica. La película se centra en una de estas salas: The underground cinema of Toronto y en el trabajo e ilusiones de sus responsables, tres entusiastas que se enfrentan a todo tipo de dificultades para que su pequeño recinto se mantenga en pie a lo largo de un año.

Comienzan con gran ilusión su nuevo trabajo pero poco a poco se van topando con la dura realidad. Hay días que solo acuden seis, siete u ocho personas a cada sesión. Hacen cambios en la programación para intentar hacerla más atractiva. También planean ofrecer un especial sobre las películas de Batman que se rodaron en los años 60 coincidiendo con una convención de fans que hay en la ciudad, y otras actividades parecidas que tienen distinto éxito.

En The Rep intervienen brevemente cineastas tan conocidos como Atom Egoyan, Kevin Smith, John Waters y George A. Romero, que expresan su vivo deseo de que estas salas no desaparezcan nunca para que sigan contribuyendo a la difusión del cine. La película se cierra con una frase que es un desesperado grito de ayuda: “Si te gusta tener un cine en tu ciudad, cualquier tipo de cine, apóyalo”. Pero tristemente la realidad es bien distinta. La falta de público y los intereses inmobiliarios hacen que en los últimos años este tipo de locales hayan ido desapareciendo poco a poco de las grandes ciudades. Puede que, muy pronto, los rep sean solo un dulce recuerdo, el testimonio de una época en la que decenas de espectadores se reunían dentro de una sala oscura frente a una gran pantalla para ver una película.

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