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CÁMARA OCULTA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los sin premio

Año tras año suelen ser varias las películas que pasan desapercibidas a los ojos de los votantes de la Academia del cine español

En 1987 Fernando Fernán Gómez no acudió a la ceremonia de la primera vez que se entregaban los Goya dejando a todos con un palmo de narices, ya que recibió nada menos que los cuatro premios más importantes por El viaje a ninguna parte. Había preferido quedarse en casa ya que esas fiestas, según dijo, le ponían muy nervioso. De modo que al año siguiente no tuvo más remedio que asistir a la ceremonia y a modo de disculpa pronunció un discurso realmente divertido: “No sé yo si la entrega de unos trofeos debe ser motivo de celebración o más bien debería serlo de pésame pues muchos más que los premiados son los que se quedarán sin galardón”, comenzó diciendo. Y tras proponer la celebración de una fiesta cachonda para los perdedores a las que no pudiera acudir los galardonados, con porros y coca, mujeres hermosas y también hombres, hizo sus cuentas: “De aquí saldremos esta noche poco más o menos el 0´8% de los asistentes con premio, y el 99´2% sin premio. Contentos unos porque los premios estimulan y alegran a los amigos, y contentos otros porque como todos sabemos, en España los premios no sirven para nada.”

De modo que, según la ironía de Fernán Gómez, todos felices. Sin embargo, hay quienes pierden ni ganan, porque año tras año suelen ser varias las películas que pasan desapercibidas a los ojos de los votantes de la Academia, lo que les ayuda a quedar fuera de juego. Ya ocurrió con el excelente documental El día que murió Gracia Imperio, de Francesc Betríu, con la divertida El mundo es nuestro, de Alfonso Sánchez, o con la brillante interpretación de Antonio Dechent en A puerta fría, que no tuvieron nominación alguna. Son tres títulos que me vienen de sopetón pero hay tantas... En cualquier caso son películas recuperables y recomendables, con o sin Goya. Quizá no sea este el momento de reivindicaciones, cuando estamos a dos días de una nueva entrega de galardones, en cuya lista, como es lógico, también han quedado títulos buenos en el arcén.

Son las reglas del juego, se dice, y no hay sitio para todos. Así es, pero apenan y mucho los olvidos. Ya se sabe que también en Hollywood ha habido grandes de la historia del cine que sólo obtuvieron un Oscar honorífico al final de sus vidas, y que habían sufrido por ello la desmemoria de la Academia cuando estaban en activo. Hoy se les recuerda también por ello y hasta les da un punto de víctimas que adorna su mito.

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