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Paredes ‘digeribles’

Un espacio cultural en un mercado madrileño invita a los artistas a experimentar con arquitecturas comestibles

Rosa Rivas
El ascensor de paredes comestibles de Heston Blumenthal y Damien Hirst.
El ascensor de paredes comestibles de Heston Blumenthal y Damien Hirst.

Como una reflexión y una exploración del “espacio comestible” se presenta una iniciativa lanzada no para cocineros, sino para artistas. El Espacio Trapezio, en el renovado mercado madrileño de San Antón, en el barrio de Chueca, plantea un concurso para experimentar sobre una pared, convirtiéndola en “expresión artística”. Una arquitectura artística que pretende ser lo suficientemente sabrosa para que se la coma la gente.

La acción comestible que plantea el concurso enPAREDarte ocupará una pared de 2,40 por 2,40 metros. Las piezas, según los promotores de la convocatoria, deberán tener una filosofía: reflexión sobre lo artístico comestible expuesto, lo perecedero como forma de expresión, la manera de presentar la comida y de comerla y la geometría, tipología, volumen y forma de lo comestible en una pared vertical.

La expresión queda abierta a la inspiración de los autores. Pero como requisito, las obras deberán tener carácter tridimensional y cada pieza podrá ser degustada como mínimo entre el jurado y el público. Otra exigencia, en este caso imprescindible, es que el material digerible esté elaborado “bajo estrictos controles de sanidad alimentaria e higiene”.

Cartel de la acción madrileña enParedArte.
Cartel de la acción madrileña enParedArte.

El festín de la pared se celebrará el próximo 13 de junio. Antes, serán evaluadas las propuestas recibidas hasta el 30 de abril. Serán elegidas hasta un máximo de 10 acciones comestibles, anuncian los promotores, el espacio multidiscliplinar Trapezio y la Paella de Papel (de la especialista en catering arquitectónico María Navascués), con el apoyo del Gastrofestival de Madrid Fusión.

Los premios para los ganadores no serán monetarios, sino en especie: productos del mercado donde se realiza el espectáculo gastroartístico.

Esta no es la primera vez que una pared es sometida a un juego de sabores. En 2012, el cocinero británico Heston Blumenthal y el artista Damien Hirst se hicieron cómplices para crear un papel lleno de galletas con el que se forraron las paredes del ascensor de un edificio londinense. Quienes entraban en el ascensor podían chupar o morder la decoración. El objetivo de la acción, supervisada por especialistas en alimentación y promovida obviamente por una marca de galletas, era incentivar con dulce los momentos de bajón de los trabajadores estresados.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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