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El viaje de un poeta presidencial

El autor del poema de la sesión de investidura de Obama, retrata la búsqueda de la identidad del inmigrante

Richard Blanco saluda al presidente Obama tras leer su poema inaugural.
Richard Blanco saluda al presidente Obama tras leer su poema inaugural.P. M. MONSIVAIS (AFP)

Hace un año que Richard Blanco se convirtió en el primer hispano e inmigrante en recitar el poema inaugural de la ceremonia de investidura de un presidente de Estados Unidos. Nacido en Madrid de padres cubanos, el poeta ha regresado este invierno con una nueva obra, For All of Us, One Today, en la que retrata la travesía interior que comenzó una llamada telefónica para comunicarle que había sido elegido para la histórica ocasión y cuya última parada fue el podio ante al Capitolio, donde, dirigiéndose a toda la nación y se dio cuenta de que pertenece por fin, de verdad, “como nunca lo hubiera imaginado” a un país, a Estados Unidos.

La historia de Blanco es la de millones de inmigrantes que buscan en la supervivencia del día a día el encaje de su historia personal y su identidad en la de otra nación, otra cultura, otra sociedad. Como explica desde Miami para EL PAÍS, este último año ha tenido un gran impacto en su creatividad como poeta y le ha empujado a realizar un “viaje emocional” sobre lo que para él significa ser americano.

Como parte de ese trayecto, y para escribir uno de los tres poemas que le encargó el comité organizador -después elegirían solo uno- el poeta cuenta que se puso en el lugar de su madre, de la joven que abandonó Cuba con su marido cuando estaba embarazada de siete meses. “¿Sería capaz de dejar Estados Unidos para siempre?, me pregunté, pensando en su vida y en todo lo que perdió”.

Hasta hace apenas unos años esto era un tabú, no podíamos hablar de las historias de las personas que forman parte del paisaje de esta nación"

Blanco cuenta en su último trabajo, titulado a partir del poema seleccionado para la inauguración, One Today, que hizo entonces un “inventario” de todo lo que dejaría atrás para acabar descubriendo “a través de su mirada, la profundidad del espíritu humano y nuestra capacidad para sobrevivir a las pérdidas”.

“No podría imaginar tener que dejar atrás a mi madre para siempre”, cuenta Blanco. En Mother Country, otro de los trabajos que entregó para la ceremonia, el poeta recuerda que su progenitora le conectó con EE UU de una manera inesperada. “Me di cuenta de que su historia no es sólo sobre sus pérdidas y su coraje, sino también sobre la fe que ha debido tener en este país, depositada apenas en unos cuantos ideales abstractos que nunca había vivido”.

El poeta asegura que su madre es más americana "de lo que yo podré serlo nunca" y que su "acto de fe" en los valores americanos representa, como en el viaje de tantos inmigrantes, la supervivencia de unos ideales que renuevan, generación tras generación, el tejido social y cultural estadounidense.

"Los inmigrantes como mi madre tienen tan presentes esos ideales que no los toman por descontado", dice Blanco. El escritor, ingeniero de profesión, encuentra en el relato de esa apuesta del emigrante la gran oportunidad -todavía por explotar- para poner un rostro a los millones de personas que han abandonado todo en sus países de origen para llegar a EE UU.

"Es parte de la verdadera fuerza del país. Siento que estamos empezamos a pasar página. Hasta hace apenas unos años esto era un tabú, no podíamos hablar de las historias de las personas que forman parte del paisaje de esta nación", comenta. Su labor como poeta ha sido también la de desvelar la realidad del inmigrante que nunca acaba de sentirse “del todo americano”. “Yo nunca sentí el mismo honor, la misma sensación de pertenecer a este país”.

La reconciliación de Blanco con la identidad estadounidense, sus ideales de justicia y libertad, llegaron al convertirse en el primer hispano en pronunciar el poema de la investidura. "La obra elegida habla de esa realización. Siempre he estado conectado a estos ideales a través de mi madre. Cuando pensé en lo que yo podía ofrecer como poeta para esta ocasión, siempre pensé en su historia", asegura.

Blanco entendió su elección -en mismo honor que solo han tenido antes otros cuatro escritores: Robert Frost, Miller Williams, Elizabeth Alexander y Maya Angelou- como una oportunidad para "compartir con América" lo que él representa como el primer inmigrante -también es el primer hispano y el primer homosexual- que recita obra ante un nuevo presidente. "Debemos contar nuestras historias, registrarlas en el papel y contar quiénes somos".

Debemos contar nuestras historias, registrarlas en el papel y contar quiénes somos"

El autor ha pasado gran parte del año viajando y participando en recitales "en los lugares más inimaginables", desde bufetes de abogados a laboratorios químicas, de escuelas a conferencias, por todo el país. "Me siento muy agradecido de poder participar en este proceso de evangelización de la poesía contemporánea", asegura.

"Los estadounidenses han tenido muy poco contacto con la poesía contemporánea y ese es el trabajo que está hablando precisamente del cambio que está sucediendo ahora mismo", reivindica Blanco. "Hay muchos malentendidos sobre la poesía porque en las escuelas se sigue enseñando obras escritas hace siglos, pero hay poesía viva y es la que narra hoy mismo la historia de las comunidades en las que vivimos".

Cuando acude a recitales en diversos lugares, Blanco reconoce entre la audiencia a quienes oyen en sus palabras los conceptos culturales que tienden lazos dentro de una comunidad, no siempre comprensibles para quien tiene orígenes distintos. "Ese es el poder del arte, nos humaniza, crea la conexión poniendo un rostro a la historia y revelando su verdadera perspectiva". Para quienes entran en contacto con la experiencia del inmigrante por primera vez, Blanco celebra poder abrirles los ojos. "Me gustaría poder decir que es un logro mío, personal, pero se debe al trabajo de muchos escritores contemporáneos".

El próximo mes de noviembre, el autor presentará una novela autobiográfica en la que narra la evolución de su identidad cultural y sexual como el joven homosexual cubano americano que creció en Miami. "Quiero retratar mi búsqueda personal mientras crecía, qué tiene que ver que eligiera una carrera como ingeniero con el hecho de ser inmigrante o cómo entendí la cultura del machismo en América Latina, cómo me influyó y me limitó durante un tiempo y cómo ahora encaja todo".

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