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El museo romano de Mérida cumple 175 años a la espera de su ampliación

La institución celebra la efeméride con varias exposiciones y un congreso de arqueología El centro sigue a la espera de su aplazada ampliación

El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR).
El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR).EFE

Un “jardín de antigüedades” recopiladas por eruditos del siglo XVIII fue el precedente del hoy Museo Nacional de Arte Romano (MNAR) de Mérida (Badajoz), ciudad Patrimonio de la Humanidad. La institución ha cumplido este año su 175º aniversario a la espera de una ampliación paralizada antes de empezar debido a la crisis. Ya en el siglo XVIII, comenzaron a recopilarse piezas, pero fue en 1838 cuando una real orden creó el museo. Durante años, fue un modesto almacén en la desamortizada iglesia de Santa Clara. En su primer inventario, en 1910, se contabilizaron 557 piezas. Hoy supera las 39.000 y recibe a unos 180.000 visitantes al año, con el récord precrisis de 217.000 en 2007.

“Nos llena de orgullo esa trayectoria casi bicentenaria. Hemos hecho una celebración modesta, de acuerdo con las circunstancias, pero se han podido ofrecer cosas interesantes”, valora el director del museo, José María Álvarez. Entre las actividades relacionadas con el aniversario destaca, aparte de varias exposiciones, el XVIII Congreso de Arqueología celebrado el pasado mayo.

Lo que amarga la celebración, en cambio, es la demora en la ampliación del centro, que en 2009 se anunció para el otoño de 2011. Sin embargo, todavía no ha empezado. “Sí tenemos el proyecto, que hizo Rafael Moneo, pero las circunstancias son las que son”, asegura Álvarez, esperanzado de que el proyecto se retome próximamente. La inversión ronda los 13,5 millones de euros, pero no cuenta con partida en los presupuestos para 2014.

De momento, solo es posible disfrutar del edificio de este mismo arquitecto, que, inaugurado en 1986, marcó un punto de inflexión en la historia del museo. “No solo es importante el contenido, sino también el continente, merece la pena visitar la estructura, con sus diferentes estancias y alturas, además de la conquista magistral de la luz”, defiende Álvarez. La creación de Moneo llegó a ser premiada como el “mejor edificio de la década” en 1994.

El MNAR también se caracteriza por su labor investigadora y está a la espera de que se reconozca oficialmente como centro de investigación del mundo romano y visigodo, colección esta última que se prevé trasladar al edificio de la ampliación, cuando este se materialice. Además, comparte muchos de sus contenidos en la web, incluidos los de su biblioteca, que se considera una de las más completas del país especializada en la época romana.

Una época que puede vivirse a través de las piezas arqueológicas de todo tipo expuestas en sus instalaciones: “Aunque hay algunas valiosísimas, como un busto del emperador Augusto [el que mandó fundar la colonia, antiguamente llamada Augusta Emerita] del siglo I después de Cristo, el público, según nuestros estudios, prefiere los mosaicos”, manifiesta Álvarez. En todo caso defiende el valor de una ciudad, Mérida, “en la que puede observarse en la práctica el contenido de un curso de arqueología completo”.

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