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Demasiados cabos sueltos

En 'La cura mortal' James Dashner aumenta la dosis de violencia, sufrimiento y tensión

Carmen Mañana

Juvenil. Una cruel distopía en la que un grupo de adolescentes se ven obligados a enfrentarse sin compasión en un escenario apocalíptico. Con los mismos ingredientes que han hecho de Los juegos del hambre una de las sagas más exitosas de los últimos años, James Dashner construye El corredor del laberinto. Una trilogía que concluye con La cura mortal y cuya primera entrega se publicó en Estados Unidos en 2009. La novela original que da nombre a la serie presenta a un joven protagonista, Thomas, que despierta sin memoria en un bosque donde, en la mejor tradición de El señor de las moscas, un grupo de adolescentes se organiza para sobrevivir en sociedad.

Con un ritmo narrativo trepidante, sobredosis de giros argumentales y sin escatimar en sangre ni muertes efectistas, el autor estadounidense consiguió entrar en la lista de títulos más vendidos de The New York Times, y conquistar a amantes de la ciencia ficción de más de 30 países. En el segundo tomo, La prueba, Dashner lleva la sorpresa y la incertidumbre propias del género fantástico hasta el paroxismo. Cualquier cosa puede pasar, y, de hecho, pasa: los jóvenes son marionetas en manos de una misteriosa organización que les somete a terroríficas pruebas en busca de una cura para la enfermedad endémica que aqueja a la civilización, el destello. Thomas, como no podría ser de otra forma al tratarse de un héroe distópico, se confirma como un líder nato, aun en contra de su voluntad.

Para superar las cotas de violencia, sufrimiento y tensión de las dos entregas precedentes, Dashner empuja a su protagonista hacia una agotadora e incesante lucha contra el universo entero, incluido él mismo, en una particular interpretación de lo que los estadounidenses denominan coming of age novels. Es decir, títulos que abordan el viaje iniciático por el que un niño se transforma en adulto. Muchos de los lectores que ya han devorado La cura mortal, fundamentalmente en inglés, se quejan de que deja demasiados cabos sueltos y preguntas sin resolver. Un descuido que encuentra explicación en The Killing Order, la precuela que ya está en marcha, y que permitirá dilatar el fenómeno hasta el próximo año, cuando se estrene la adaptación cinematográfica de la saga. La película, producida por 20 Century Fox, estará protagonizada por la estrella adolescente de MTV Dylan O’Brien.

La cura mortal. James Dashner. Traducción de Noemí Risco Mateo. Editorial Nocturna. 449 páginas. 17,00 euros

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