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Unos relatos valientes

Programadores, directores y actores de teatro infantil se ponen las pilas para llegar a un público bloqueado por las máquinas y los videojuegos

Aurora Intxausti
Representación de 'El sastrecillo valiente' del grupo teatral Etcétera, en el Teatro Real de Madrid
Representación de 'El sastrecillo valiente' del grupo teatral Etcétera, en el Teatro Real de MadridJavier del Real

Competir con los juegos de ordenador, las máquinas y llevar a los niños al mundo de la fantasía no es tarea fácil en el siglo XXI. Los creadores, actores y directores de teatro no se rinden y ofrecen espectáculos con imaginación, ingenio y capacidad de atrapar durante 60 minutos el interés del menor. Obras con estos elementos se representan a lo largo de todo el año, pero en estas fechas la programación se intensifica e incluso lugares como el Teatro Real llena sus butacas con espectadores de todas las edades. Emilio Lanz, director del grupo Etcétera, ha puesto en escena una peculiar visión de El sastrecillo valiente, de los hermanos Grimm.

El trabajo de grupos teatrales como este no se queda solo en la representación sino que dedican una parte de su tiempo a la  investigación y la documentación sobre el teatro de títeres tradicional y contemporáneo. Enrique Lanz, nieto de Hermenegildo Lanz, el hombre que junto a Lorca y Falla ideó las escenografías y figurines del histórico El retablo de maese Pedro y cuya memoria fue “ignorada”, según el director de Etcétera.

Para evitar que situaciones como esa vuelvan a repetirse, tradiciones miembros de este grupo están grabando los trabajos que realizan los grandes maestros de este oficio en diferentes lugares del mundo. "Grabamos el testimonio de su obra y palabra, herencia para las generaciones futuras. Hemos visto títeres  en Camboya, Tailandia o Malí y experiencias teatrales singulares como la cruzada teatral Guantánamo-Baracoa, en Cuba. Entre ellos se encuentra el grupo Kok Thlok, de Camboya, que se dedica al rescate del teatro de sombras tradicional de ese país. Además de esto continuamos la revalorización de la obra titiritera y escénica de Hermenegildo Lanz, nuestra herencia e historia más directa".

El sastrecillo valiente es una nueva creación del grupo a partir de la obra musical del compositor húngaro-francés Tibor Harsányi (1898-1954), quien tomó como referencia el cuento homónimo de los hermanos Grimmm. "El sastrecillo valiente satisface el deseo de muchos de que venzan los débiles, los pequeños, los listos; ya que la sagacidad es algo que se adquiere. El espectáculo aborda el tema de que el saber vale más que la fuerza, enfocando valores o ideas como la igualdad de género, la riqueza no material -la que aporta el trabajo y el conocimiento-, la sobredimensión de la “fama”…", puntualiza Lanz. Etcétera pone en escena está obra con objetos propios de una sastrería: patrones, maniquíes, planchas, tijeras, rollos de tela, etcétera. Como en otras creaciones de esta compañía granadina, hay una historia dentro de otra. En este caso la del departamento de sastrería del Teatro Real, que cuenta su versión del cuento, a la vez que introduce a los niños en el mundo de la sastrería escénica, y enseña términos, instrumentos, acciones habituales de este oficio… Con esto se pretende que el espectáculo no solo sirva para difundir valores literarios y musicales, sino también para dar a conocer esos oficios del teatro que son menos visibles para el público.

Pilar Pont es programadora de teatro infantil. "Cuando tenía a mi hija pequeña y la llevaba al teatro no me gustaba lo que veía, poco a poco me fui metiendo en este mundo para tratar de buscar cosas diferentes". Reconoce que en los últimos años ha habido un cambio importante. "Hay trabajos de más calidad y un trabajo más exquisito. No hay que olvidar que tienes que atraer la atención de un público difícil, que se ha acostumbrado a estar pegado a una máquina". "El teatro infantil  tiene que educar al niño para que en el futuro no le suene raro lo que está viendo y al mismo tiempo le tiene que enganchar. Las obras se contratan en los diferentes festivales que se ofertan en España y cada vez hay más donde elegir. "La crisis económica y el desempleo ha hecho aguzar el ingenio y actores o directores que dejaban de lado el teatro para niños o jóvenes se han dedicado a él. Las obras que contrato van dirigidas a tres segmentos: bebés, de 3 a 8 años y luego adolescentes". En las siete salas para las que trabaja Pons durante los fines de semana hay una programación familiar continúa durante todo el año.

Es en lugares como la Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas de Gijón, FETEN, que el próximo año se  celebra del 16 al  21 de febrero del próximo año donde se exhiben gran parte de las obras que se van a programar. Setenta compañías nacionales e internacionales mostrarán en la ciudad asturiana sus últimas producciones escénicas, dirigidas a la infancia. Los diferentes escenarios oficiales de la Feria acogerán alrededor de 150 representaciones de la mano de compañías procedentes de España, Argentina, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Holanda e Italia. Entre todos los trabajos, destacan los ocho estrenos absolutos que la organización ha incluido en la programación de la nueva edición. Los organizadores aseguran que la feria "servirá a todos estos profesionales para analizar las nuevas tendencias creativas y trabajar para impulsar un mercado cultural que fortalezca el sector, frente a las dificultades de sostenibilidad de las artes escénicas".

La crisis económica se ha notado en todos los sectores culturales y este es uno más. El número de colegios que incluían en sus actividades extraescolares una obra de teatro en la comunidad de Madrid se ha reducido en más del 50%. "No hay que olvidar que para muchos niños esta visita era la primera vez que acudían al teatro. Si eso se elimina se reduce su capacidad cultural porque su familia puede que no tenga el dinero suficiente para llevar a una representación teatral el fin de semana", puntualiza la programadora.

La habitación de Marcos, dirigida por Ana Montaña, ha tardado un año en llevarse a escena. "La creación de esta obra y la participación de los actores se ha realizado sin  dinero. Tienes que jugar con la creatividad con la capacidad de sorpresa, el ingenio y el humor de los niños. No puedes hacer nada pastelón porque se aburren", señala esta mujer que lleva una veintena de años dedicándose al público infantil. Han ido poco a poco aumentado el número de espectadores en el Teatro La Strada donde los domingos representan esta obra. "Estamos invirtiendo a futuro y cada sesión aumenta el número de espectadores. No podemos quedarnos quietos hay que seguir adelante luchando y creando nuestras obras". En La habitación de Marcos, que inicialmente era un guión para una serie de televisión,hay  danza, música, acrobacia, canto e inesperadas escenas de luz negra acompañan la narración, convirtiendo el espectáculo en un acto de ingenio, dinamismo y creatividad.

En esa línea está el trabajo de Antonio Díaz, mago Pop, licenciado en Arte Dramático, Premio Nacional de magia y autor de La asombrosa historia de Mr. Snow, un espectáculo que ha representado en 600 ocasiones ante 100.000 espectadores y que llega al Teatro Figaro de Madrid el próximo 21 de diciembre.

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Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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