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“Mary Poppins es atractiva en un mundo en donde no hay liderazgo”

Cameron Mackintosh, productor de 'Los miserables', acudió al estreno del famoso musical en el Palau de les Arts de Valencia y defendió la esencia del género más comercial

El productor británico teatral Cameron Mackintosh.
El productor británico teatral Cameron Mackintosh.JOSE JORDÁN

Los miserables es el primer musical que se pone en escena en el Palau de les Arts de Valencia. No falló el día del estreno Cameron Mackintosh, su productor y uno de los hombres más ricos de la industria musical británica, para supervisarlo. Tiene fama de revisar los detalles y puesta en escena de sus producciones alrededor del mundo, pero también sabe delegar. “He hablado con mi equipo y me han dicho que todo va muy bien”. Cree que “un teatro subvencionado y un espectáculo comercial como éste pueden encajar muy bien”, ya sean musicales, ballet u óperas, que “son caras”. De hecho, recuerda, esta última versión de Los miserables, que lleva 28 años en cartel en Londres, se ha representado en más de 300 países y en 22 idiomas, se vio por primera vez en el Wales Millenniun Center de Cardiff “y tuvo un éxito rotundo”.

Pregunta. ¿Es el musical la ópera de nuestro tiempo?

R. No todos los musicales, ja ja. No Mamma mia!, que es un gran espectáculo pero es otra cosa. Si lo es Los miserables, por supuesto, porque está absolutamente en la tradición de Carmen y de las grandes óperas. Alain Boublil [dramaturgo] y Claude-Michel Schönberg [músico] son grandes amantes de la ópera. Nunca tuvieron ambición de escribir para el gran teatro musical, hasta que vieron el original de Jesuchrist Superstar en Nueva York en los años setenta. Era como el Oklahoma! de Rodgers y Hammerstein y les hizo ver que podían trabajar juntos en un espectáculo a escala operística popular.

P. ¿A usted le gusta ir a la ópera?

R. Ocasionalmente. No me atrapa la parte musical por sí sola, aunque es importante. Necesito una historia que me enganche. Si no me gustan la historia y los personajes, no importa lo buena que sea la música; yo no lo haré. Los espectáculos que yo hago están basados en una gran historia clásica. Todo ha de contar una historia, la música también.

P. ¿No disfruta escuchando un concierto de jazz en un pequeño club, por ejemplo?

R. El jazz es una música que yo amo. Mi padre tocaba la trompeta y me introdujo en los grandes del jazz, como Duke Ellington, Louis Armstrong o Ella Fitzgerald. Me enseñó a apreciar a los grandes artistas y si no hubiese sido por él probablemente no hubiera hecho lo que hecho.

Cameron Mackintosh.
Cameron Mackintosh.

P. Su madre era secretaria de producción. ¿Qué diría su madre de esta versión de Los Miserables?

R. Sé lo que diría, porque me lo dijo ayer por teléfono. ¿Por qué no puedo ir a Valencia a verlo? Tiene 94 años. Le dije que solo iba a estar un día aquí, pero la llevaré a ver el estreno en Broadway el año que viene. Está muy interesada en lo que hago ¿Sabe que su madre, mi abuela era medio española? Su apellido era Herrera.

P. ¿Sabe en cuántos países se está representando Los miserables?

R. No estoy seguro, porque se están haciendo centenares de producciones profesionales y amateurs en todo el mundo, además de mi propia producción, al mismo tiempo. Hay países como Japón o Corea donde está seis meses, programan otra cosa y luego vuelve. En estos momentos, está programada en Inglaterra, Canadá, América, Japón y Corea. Pronto irá a Broadway, Australia, Sudámerica, Brasil, México. No podemos hacer más que unas pocas producciones al mismo tiempo, porque los directores y diseñadores no solo están haciendo Los miserables, sino también El fantasma de la ópera u otros espectáculos. He de tener cuidado con los compromisos que adquiero porque tienen que ser fieles a la versión y se están haciendo versiones profesionales y no profesionales por todo el mundo. No necesita un gran escenario, puede bastar con unas sillas, la fuerza está en el texto. Hay que ver Los miserables como una obra de arte, más allá de mi producción.

P. ¿Cuál es la principal diferencia entre la producción hace casi 28 años, cuando empezó con Los miserables y una producción actual?

R. La producción original solo existe ahora en Londres, donde además cambiará también muy pronto. Pensé que para su 25 cumpleaños lo mejor que podía hacer era plantearlo como un musical nuevo. Claude-Michel y yo decidimos desnudarlo y hacer un nuevo clásico intemporal. La primera vez que fue orquestada en los 80, los pianos electrónicos literalmente acababan de comenzar, así que si escuchas el original resulta muy setentero. Tenía un toque clásico como West side story y necesitábamos dar un paso adelante, con una nueva orquestación, la que se ha hecho para los 25 años y se ha utilizado para la película. Decidimos también cambiar la dirección, porque aunque la original era maravillosa, estaba muy en la tradición de los espectáculos casi shakespearianos y ahora las cosas han cambiado. Es un mundo diferente, una generación muy diferente. La gente que lo hizo en su momento ahora está ya en los setenta. Así que pensamos en nuevos diseños y una nueva iluminación, además de utilizar las pinturas originales de Victor Hugo. Y el público lo acepta igual o mejor que la versión antigua.

P. Los miserables es también una gran novela sobre las desigualdades. Como uno de los productores más influyentes del mundo, qué cree se puede hacer en este momento para disminuir las desigualdades, que era el mensaje también de Víctor Hugo.

R. Como productor solo puedo poner el don que tengo al servicio de la producción de musicales. Pero una de las razones por las que siento arrastrado hacia esta historia es precisamente por los temas que Victor Hugo trata; la injusticia social que se refleja en la obra, que serviría igual para Francia que para Inglaterra. Uno de los motivos por los que el musical tiene éxito es porque los valores humanos, las historias que Víctor Hugo refleja y la injusticia social de que habla existen hoy exactamente igual. Por desgracia, la Humanidad no tiene capacidad de aprendizaje y por eso es también hoy una pieza contemporánea. Lo que ha hecho Claude-Michel [Schömberg] es coger los elementos claves de la historia de Víctor Hugo y capturar también en la música esa pasión y emoción del autor, de manera que la sientes además de leerla.

P. ¿Le preocupa transmitir valores además de historias en sus producciones?

R. Si ves otras historias que he hecho, como Miss Shaigon, cuenta el máximo sacrificio que una madre puede hacer por su hijo, algo que también es intemporal. Así que lo que comenzó como una versión actualizada de Madame Butterfly en la guerra del Vietnam, hace 25 años, se puede situar hoy en cualquiera de las muchas guerras que ha habido, como Afganistán, Irak o Siria. Es la misma historia, con la diferencia de que en Vietnam estaba involucrado Estados Unidos y ahora todo el mundo ha participado en historias como ésta. Es la vertiente social de estas historias la que las hace duraderas. Incluso Mary Poppins la tiene en un mundo en el que no hay liderazgo.

P. ¿Mary Poppins y el liderazgo mundial?

R. Me refiero a nuestros líderes, prácticamente todos y en todos los países. Mary Poppins continúa siendo atractiva porque tiene un punto de vista y le dice a la gente: “Tú puedes hacer lo correcto o lo incorrecto”. No te voy a decir lo que has de hacer, pero si tomas la decisión correcta tu vida mejorará. Mary Poppins se queda con la familia hasta que ésta sabe lo que ha de hacer; luego se va. En mi familia tengo dos hermanos, yo he tenido un gran éxito y ellos en ningún momento se han sentido resentidos por ello. Nos criaron como una familia, con los valores del respeto la ayuda mutua. Estos valores son aplicables a la Humanidad. Hay que aprender los más y los menos, los pros y los contras de vivir con otros. ¡Hay tanta gente que mira únicamente por sí misma!

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