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“No quiero hacer arte sino cine”

Santi Amodeo estrena la comedia '¿Quién mató a Bambi?' "He intentado hacer una película lo más comercial posible", asegura

Tommaso Koch
El director sevillano Santi Amodeo.
El director sevillano Santi Amodeo.CLAUDIO ÁLVAREZ

A este paso, pronto será una moda. Hace un par de semanas cinco estudiantes robaron una llama de un circo en Burdeos y se la llevaron de fiesta. Y Serge —el animal—se convirtió en una estrella mediática. Pero resulta que Santi Amodeo ya había tenido la misma idea, eso sí, en la ficción. De ahí que en uno de los muchos momentos surrealistas de su comedia ¿Quién mató a Bambi?, que se estrena hoy, otra llama se cuele en un guateque enloquecido.

Antes, y después, fluye “la historia de dos secuestros que se van entrecruzando y llegando a un clímax caótico”, como resume su delirante película el director (Sevilla, 1969). Para su regreso —llevaba desde Cabeza de perro en 2006 sin rodar—, Amodeo ha vuelto a escoger su ciudad natal: "Hay dos razones: tengo dos hijos pequeños y no me apetece alejarme de ellos. Y en Sevilla los sueldos son iguales pero los costes son infinitamente menores y es más fácil conseguir las autorizaciones para rodar por las calles". Imprescindibles, ya que ¿Quién mató a Bambi? hace las cosas a lo grande: persecuciones en coches, pistolas, un reparto ultraconocido con un cameo de Iniesta y la reaparición de Carmina Barrios, dos millones de presupuesto y una distribuidora como Sony. “Había tenido la posibilidad de hacer una película así antes, es una puerta que ha estado entreabierta. Pero esta vez ha cuajado todo”, relata el director.

El resultado es un río de gags y malentendidos que arrastra al espectador lejos de Astronautas, que Amodeo rodó en 2003, y más cerca del comienzo de su carrera: "De cierta manera es una vuelta a los orígenes. Mi primera película [El factor Pilgrim, codirigida con Alberto Rodríguez] era una comedia loca. He regresado a ese código, pero con más dinero y mayor pretensión comercial". Hasta el punto de que, poco después, añade: “He buscado poco la autoría. He intentado hacer una película lo más comercial posible y llegar a más público, que en el fondo es lo que siempre he deseado”. Es decir, música para los oídos de las taquillas, uñas sobre la pizarra para los puristas: “Hay películas que nacieron como comerciales y ahora están muy consideradas, como El apartamento o Un pez llamado Wanda. Supongo que para un purista rodar para un público masivo no será arte, pero yo no quiero hacer arte, sino cine”.

De todo tipo, en concreto. Tanto el que ve, "de las comedias americanas a Caníbal", como el que rueda. Porque su siguiente película, Mujeres desnudas, iba a hablar de una oleada de suicidios adolescentes en Gales, causada por una red social en la que los chavales se animaban a quitarse la vida. Sin embargo, no consiguió financiación. Así que la siguiente todavía será una comedia en inglés, entre Londres y Marbella, para la que se barajan actores británicos de renombre.

Sean quienes sean, disfrutarán de la proverbial libertad que Amodeo deja en el set. “Doy pautas, pero quiero que el equipo haga propuestas. Establezco una columna vertebral y dejo que la historia florezca”. Los intérpretes lo agradecen. Seguro que las llamas también.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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