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El Prado vuelve a sus orígenes

El artista Miguel Ángel Blanco pone a dialogar obras del Museo de Ciencias Naturales con piezas de la pinacoteca

Iker Seisdedos
De izquierda a derecha Emilio Lora-Tamayo, presidente del CSIC; Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid; el artista Miguel Ángel Blanco; y José Pedro Pérez-Llorca, presidente del Patronato del Prado; frente a 'El invierno de la osa hormiguera'.
De izquierda a derecha Emilio Lora-Tamayo, presidente del CSIC; Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid; el artista Miguel Ángel Blanco; y José Pedro Pérez-Llorca, presidente del Patronato del Prado; frente a 'El invierno de la osa hormiguera'.

Los animales vuelven, casi dos siglos después, al gran arca de Noé del Prado. La próxima exposición del museo permitirá, a partir del 19 de noviembre, que el edificio proyectado por Juan de Villanueva recobre algo de su primigenia función como Museo de Historia Natural y Academia de Ciencias, uso que perdió en 1819 para convertirse por influencia de la reina Isabel de Braganza en Museo de Pintura y Escultura. El rescate se debe al empeño del artista madrileño Miguel Ángel Blanco, cuyo gran tema es la naturaleza, y a Miguel Zugaza, director del Prado. Historias naturales propone una veintena de intervenciones en las que piezas del Museo de Ciencias Naturales de Madrid (y de otros como el de Farmacia o la Escuela de Minas) se prestan al “diálogo” con obras de la colección de la pinacoteca.

En la Rotonda de Ariadna se ha firmado hoy un convenio entre el Prado, la Comunidad de Madrid y el Consejo Superior de investigaciones Científicas (CSIC) para hacer posible el proyecto. Representantes de las tres instituciones han rubricado sus intenciones bajo el esqueleto de un delfín proveniente del Museo de Ciencias Naturales y cuya sombra corona la célebre Venus del delfín.

Otras dos piezas están ya colocadas en las salas del edificio Villanueva: una es un fósil tomado de la zona del Green River, en Utah, con las huellas de pisadas de ave palmípeda y gotas de agua, toda una premonición simbólica del diluvio universal que también se presiente en La entrada de los animales en el arca de Noé, de Jacopo Basano, expuesta a su lado. La otra se titula El cruel invierno de la osa hormiguera y relaciona la enigmática representación de uno de esos animales, atribuida al taller de Mengs (aunque también a Goya), con un esqueleto conservado en el Museo de Ciencias Naturales.

El resto de las intervenciones de Blanco se podrán localizar en la vastedad del Prado, mapa en mano, a partir del 19 de noviembre, fecha del 194º aniversario de la inauguración del edificio Villanueva como Museo del Prado. “Entonces se establecerá un diálogo entre ciencia y arte, que estuvo en el origen del sueño ilustrado y que no resulta tan inédito como olvidado”, ha explicado Zugaza, antes de dejar paso a Miguel Ángel Blanco, quien ha vaticinado que esta aventura convencerá tanto al “erudito, como a quien visite al museo por primera vez”.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.

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