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Tentaciones
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Arcade Fire, ‘Reflektor’

En vez de adaptarse a lo que son optan por adaptar lo que es a lo que ellos quieren que sea. En esto se encuentra la grandeza y miseria de 'Reflektor'

Americanas chillonas, pantalones horteras, enormes gafas de sol, cabezudos, gente disfrazada de conejo, botas, sombra de ojos. Aquí y allá. Una banda seria que, de golpe, empieza a tomarse muy en serio esto de divertirse, donde había una c pone una k y donde había una iglesia convocan un carnaval. Achtung baby. De golpe, una banda contenida, poco dispuesta a más aspavientos que los justos, se transforma en una máquina exagerada y enloquecida a la que esta época se le queda pequeña y esa épica de sus primeros discos le suena pobre hoy. No caben ni siquiera en sus propias canciones. En vez de adaptarse a lo que son optan por adaptar lo que es a lo que ellos quieren que sea. Y justamente en esto se encuentra la grandeza de Reflektor. Y también su miseria.

Género: Rock

Título: Reflektor

Sello: Universal

Año: 2013

Puntuación: tres y medio sobre cinco

Es un disco largo que tal vez no se haría largo si tuviera más canciones y estas fueran más cortas, porque el problema no es el minutaje final, sino la duración de algunas piezas, absolutamente hinchadas en pos de una grandeza que, cuando no se consigue por el genio, se trata de lograr a través del peso. Así, hay veces en que parece que este es un disco de LCD Soundsystem (produce James Murphy) al que le falta un hervor; y otras que esa obra maestra inapelable confeccionada por una banda destinada a marcar una época. Esta, o la que sea. La que ellos quieran.

El primer volumen arranca con Reflektor, un tema que es un poco como LCD Soundsystem tomando el Psycho killer de Talking Heads durante unas vacaciones en el Caribe. Eso, la tan celebrada influencia haitiana, país donde crecieron los padres de Régien Chassagne y durante cuya visita los miembros de la banda sufrieron una de esas experiencias que te cambian la vida y que durante varios pasajes del disco intentan introducir con dispares resultados. Así, tras Flashbulb eyes, un tema al que no se puede acusar de ser excesivamente largo, pero sí de, simplemente, ser, llega Here comes the night time. Funciona porque tiene una buena melodía, tal vez excesivamente familiar, pero sin duda efectiva. Hacia el final del tema, llega el desparrame étnico. Cinco años después de la moda y haciéndose un buen lío entre lo africano y lo caribeño, entre Vampire Weekend y Diplo, entre el reguetón y Graceland. No tiene más sentido que el que ellos logran darle. Y es mucho. Lo mismo podría aplicarse a Joan of arc, que es post punk de manual (casi parecen Romeo Void) y que vuelve a salvarse una vez más porque es una muy buena canción. En medio, You already know, un desastre que suena a cruce entre Crazy Little thing called love de Queen y Maneater de Hall & Oates. Y es que uno de los problemas de este primer disco es que recuerda a Mira quién baila!: Murphy es el profesor experto y Arcade Fire, a veces, parecen Belén Esteban.

Por eso tal vez la cosa remonta en el segundo disco, cuando se ralentiza un poco el tempo, aparece una joya como Awful sound, que junto a We exist encuentra el anclaje perfecto entre lo que fueron Arcade Fire y lo que quieren ser. También funciona It’s never over, lo más David Bowie del disco, y Afterlife, otra prueba de que, a veces, es mejor no asesinar anda si no estás seguro de que alguien vendrá a limpiar la sangre luego. Teoría que, sin duda, no se aplica a Supersymmetry, canción que cierra el disco con el sonido de una cinta de cassette rebobinándose durante más de siete minutos, una broma que dejó de hacer gracia en 1981.

Reflektor, pues, no es la obra maestra que cree que es, no es la pieza definitiva de nada, ni el principio de algo, ni quiera el final de lo que sea. Es un gran disco de 2007, por sonido y por vocación, que a pesar de ser muy 2007 no resulta para nada molesto. Es un buen disco que podría haber sido mejor. Pero cuál no. No es el álbum más flojo de Arcade Fire, pero sí es el peor disco de LCD Soundsystem.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.

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