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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Simpatía de caballero

Coincidí varias veces con Manolo Escobar, en reuniones de compañeros, en fiestas y en conciertos a los que he ido a verle

Coincidí varias veces con Manolo Escobar, en reuniones de compañeros y amigos, en fiestas y en conciertos a los que he ido a verle. No tuve la oportunidad de trabar amistad pero bastaba cruzar una mirada con él para percibir su simpatía. Era el rey de ese arte. Con esa bondad y con esa prestancia de caballero. Recuerdo que una de las primeras veces que nos encontramos fue en una fiesta que daba la Casa Real y a la que acudíamos muchos artistas. Yo por aquel entonces era una folclórica revolucionaria del cante y él estaba ya en su trono, el que le había otorgado el pueblo, porque Manolo Escobar ha sido el cantaor del pueblo. El artista que ha llevado la canción española a sus más altas cotas. Transpiraba alegría de vivir y fue capaz de insuflar ese júbilo a este país en momentos muy duros de su historia, con canciones que desde entonces ha conocido y ha cantado todo el mundo, como himnos.

Además, siempre fue un hombre con una enorme sensibilidad cultural y con una increíble y desconocida faceta de coleccionista de arte. Él era de esos que compraba obras de Darío Villalba o de Miquel Barceló, cuando aún nadie los conocía. Creo que es uno de los artistas que he visto con más ganas, arriba y abajo del escenario. Hasta el final.

Cualquiera de sus conciertos era siempre un grandísimo espectáculo.

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