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James Blunt quiere ser ‘indie’

El cantante lanza 'Moon landing' su cuarto álbum de estudio, un trabajo "en soledad, reflexión, independencia y nostalgia". Casi nada

El cantante británico James Blunt.
El cantante británico James Blunt.

Nadie le prestó mucha atención hasta que se lanzó su tercer single en el Reino Unido y ahí sí, fue un no parar, hasta que la ya de por sí pegadiza y dulzona You’re beautiful se quedó viviendo por siempre en millones de oídos de manera irremediable. James Blunt ha grabado con 39 años su cuarto álbum de estudio Moon landing y de alguna forma reniega ahora de aquel exitazo que lo apartó de la impronta, dice, que buscaba en su música: un sonido indie, una producción indie. El superventas You’re beautiful (Back to Bedlam 2005) se volvió por supuesto “mainstream”. Y lo que le sucede al nuevo trabajo de este cantante que procede del ejército y que llegó a proteger el real cuerpo ya difunto de la Reina Madre de Inglaterra como parte de su guardia le pasa a muchos últimos álbumes. “Es el que siempre he deseado hacer”, se apresura a aclarar Blunt al otro lado del teléfono, con ese acento británico que al principio fue rechazado por “demasiado pijo” como para que lograra llegar al corazoncito de un amplio público. Se equivocaron; y mucho.

Moon landing apareció ayer en el universo musical y su primer single Bonfire heart ya ha escalado hasta buenas posiciones: la cuarta en el Reino Unido, la primera en Suiza, Austria o Alemania… Esto no representa una novedad para un cantante que ha vendido 18 millones de copias en todo el mundo y que puede fardar de que su primer trabajo Back to Bedlam fuera el más comprado de la primera década del siglo XXI en su tierra natal. Blunt describe Moon landing como el resultado de “un extraordinario viaje” que ha deseado armar de independencia. Y repite grabación con el productor Tom Rothrock, con el que no había trabajado para Some kind of trouble hace tres años. “He buscado la autenticidad de los sonidos. La composición de las canciones con reflexión y desde la nostalgia… Realizadas en soledad”.

“He compuesto allá donde estuviera mi piano y mi guitarra”, narra Blunt de un proceso que ha durado un año y que se ha llevado adelante sobre todo entre Londres y Los Ángeles. Pero es una parte mucho más profunda de la geografía estadounidense, el Estado de Wyoming, y escenarios que recuerdan a la Brokeback Mountain que reconstruyó el director Ang Lee en la célebre película de ese título, la que pone el escenario de Bonfire heart. Vemos a un James Blunt a bordo de una Harley y unas gafas de sol a juego haciendo carretera con cara de felicidad, mientras canta un tema que habla de “la condición que como humanos compartimos, al margen de nuestras diferencias…”. El cantante parece pasárselo genial entre los personajes que se va encontrando y con los que alterna, reales, por cierto; nada de actores. La escena con la que se cierra el vídeo es la que le despierta mejores recuerdos: “Había una boda y mi canción fue la primera que bailaron los novios". Y Blunt describe cómo "todos lloraban" en un alarde de esa sensibilidad que ha sido desde los inicios insistente marca de la casa.

Otra de las canciones que destaca de Moon landing es Miss America, que inspira la malograda Whitney Houston que hubiera cumplido cincuenta años en 2013. “Son historias de personas expuestas al ojo público, como el caso de Amy Winehouse o Lady Diana, ante las que tenemos una responsabilidad porque leemos de ellas continuamente…”. Y se refiere Blunt a la prisión que las encierra.

El cantante asegura que siempre lo deseó ser, desde que cumplió los 14 años, pero la tradición familiar le marcó otro sendero. Su padre es un coronel de las fuerzas aéreas británicas y él también se apuntó al aire: aprendió a volar a los 16 años; a esa misma edad comenzó su afición por las motocicletas que rescata para Bonfire heart. El ejército le financió sus estudios de Sociología en la universidad de Bristol y después se unió al cuerpo de caballería. Estuvo asignado en Alberta (Canadá), con la misión de la OTAN en Kosovo y ha triunfado también en otra de sus grandes aficiones: el esquí.

“¡Quiero ir a España!”, termina por exclamar un James Blunt a la caza de su estilo, y que ha hecho de Ibiza uno de sus hogares. “Solo quiero parecerme a mí mismo”, indica este hombre que se lo ha pasado “muy bien” viajando estos años a “260 ciudades”.

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