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North Mississippi Allstars, embajadores del ‘blues’ moderno

La banda estadounidense está de gira por España para presentar su último disco

Fernando Navarro
Los integrantes de North Mississippi Allstars.
Los integrantes de North Mississippi Allstars.Foto promocional

Por cada voz que se alza para calificar al blues como un estilo musical vetusto, caduco o incluso muerto, hay una canción de los North Mississippi Allstars para contrarrestarla. O al menos eso cree Luther Dickinson, cantante y guitarrista de una formación que en la última década se ha convertido en una de las propuestas más iconoclastas del género: “¡Demonios! Hoy en día el punk y el rock’n’roll pueden sonar más anticuados que la música de raíces y el folk. La paleta para hacer música de raíces moderna es muy amplia. Y no es como la música pop, que es desechable”.

Las palabras de Dickinson son toda una declaración de intenciones. Pocas bandas hay en el panorama actual que hagan tanto por convertir el blues en algo distintivo, mezclando su esencia con el rock, el góspel, el boogie-woogie o el folk de una forma tan concienzuda y magistral, tal y como han demostrado en álbumes como Electric Blue Watermelon o Hernando. “Intentamos absorber lo que nos encanta para hacer de ello algo nuevo. No se trata de mantener vivos y puros los viejos estilos de esos días que ya se han ido”, explica el guitarrista. Su último alegato a favor de este estilo bastardo, inspirado en el género del que salieron desde Robert Johnson hasta Stevie Ray Vaughan, es World Boogie is Coming, un disco que supera en intensidad al anterior Keys to the Kingdom. “Es un testimonio del blues moderno del Mississippi a día de hoy. Es música de raíces tocada de forma cruda y grabada con honestidad”, explica Dickinson.

Gira española

Hoy - Madrid - Sala Caracol
Mañana - Bilbao - Walk On Project Festival
12 octubre - Barcelona - Bikini
13 octubre - Pamplona - Totem

Luther y su hermano Cody son el pilar del grupo. Hijos del célebre productor y pianista Jim Dickinson, uno de los más importantes hombres en la sombra de la música norteamericana, que trabajó con The Rolling Stones, Aretha Franklin, Sam & Dave, Bob Dylan o Ry Cooder, entre otros muchos, lo difícil hubiese sido que no se dedicasen a la música. “Crecimos rodeados de gente como RL Burnside, Jr. Kimbrough y Otha Turner. Su blues y su vida eran fascinantes”, cuenta Luther. “Pronto me di cuenta que quería formar parte de ello. Por eso, empecé haciendo blues y rock’n’roll de una forma tan excitante mientras buscaba mi propio desarrollo estético. Para nosotros sucede de forma natural”.

Criados en la zona rural de West Tenessesse, los hermanos Dickinson veían cómo su padre se codeaba con los músicos más dispares del país mientras su madre se dedicaba a cuidar caballos en un establo. “Mi infancia fue asombrosa. En mi familia se amaba la música, el arte... Nuestros padres eran estupendos”, narra Dickinson. “Cuando cumplí 16 años, tuve una guitarra, un amplificador y un coche para ir con mi padre a trapichear al estudio de grabación. Fuimos al colegio hasta el tercer grado al tiempo que conocíamos a artistas, músicos, frikis, titiriteros, profesores y adictos a la droga dentro de toda una escena underground maravillosa”, cuenta.

No fue hasta que se trasladaron a la ciudad de Mississippi cuando se metieron de lleno en el blues, al tiempo que su padre tocaba o grababa con los bluesmen más destacados de Memphis. “Nuestro padre y sus amigos en Memphis estaban honrados de conocer y tocar con Bukka White, Furry Lewis, Fred McDowell y muchos otros músicos de blues por redescubrir”, explica Dickinson, que cuenta que el título del nuevo disco viene de esos días. “Es una frase que ellos se inventaron y con la que nuestro padre firmaba la mayoría de sus cartas. Es un homenaje a él y al fenómeno de cómo la música de raíces pasa de generación en generación”.

Y de su generación, ¿a quién destaca? “Me encanta Jason Isbell y su último disco Southeastern. Es un verdadero guía espiritual para la música”, apunta el guitarrista, quien reconoce que el mejor momento de su carrera fue cuando tocaron con Mavis Staples, magnífica vocalista de soul que perteneció a la formación góspel The Staple Singers. “Es una reina y un tesoro”, sentencia. Y recuerda que, por mucho que digan que el blues es cosa de un puñado de nostálgicos, ellos están muy vivos: “Incluso los malos momentos, los más humillantes, son tolerables si la música es tu vida. Y es nuestra vida”.

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Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

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