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Doce canciones para la historia: Garota de Ipanema, Agua de beber, Insensatez, Desafinado, Corcovado, Samba de uma nota só... El primer disco de Antonio Carlos Jobim, que tenía entonces 36 años, se grabó los días 9 y 10 de mayo de 1963 en Nueva York, con arreglos de Claus Ogerman, producción de Creed Taylor y Phil Ramone como ingeniero de sonido. La revista estadounidense Down Beat le concedió las cinco estrellas que reserva a las obras maestras. En Brasil lo publicó un año más tarde el sello Elenco -ésta es la portada de la edición brasileña, más elegante que la estadounidense, imaginada por el diseñador César Villela-. Dice Ruy Castro, autor de un libro imprescindible sobre la bossa nova, que cada vez que Jobim abrió el piano, el mundo, aunque sólo fuese por unos minutos, se volvió más armónico, melódico y poético.
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Memoria sentimental

Ocho discos importantes de una de las músicas populares más prodigiosas e influyentes desde mediados del siglo XX hasta hoy. El sonido de un Brasil donde se han gestado decenas de grabaciones imprescindibles

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