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Nace un portal gastronómico en la Red sobre formación y opinión

El crítico José Carlos Capel presenta GastroActitud, un portal de formación y de intercambio de comentarios entre los socios

El crítico gastronómico José Carlos Capel.
El crítico gastronómico José Carlos Capel. Tania Castro

Ahí están las clásicas Zagat o Epicurious, las exitosas Yelp u Opinionated about Dining (OAD) en la que se eligió a Quique Dacosta como el mejor restaurante de 2013, o la más reciente Onfan. En la realidad virtual los comensales tienen una palabra cada vez más fuerte, y la gastronomía sigue extendiendo sus redes, hasta el punto que la palabra foodie, que en inglés se desnuda de las connotaciones más trascendentes del término “gourmet”, ya suena en nuestros oídos como si fuera de la casa. Un club de foodies es precisamente una de las secciones del nuevo portal que nace en este momento que vivimos de pasión por saber de gastronomía. Ayer, el jamón ibérico, los macarons, el vino y un crujiente pan, entre otras delicias, fueron testigos de la presentación de un nuevo portal sobre gastronomía auspiciado por José Carlos Capel, crítico de EL PAÍS desde hace 27 años. GastroActitud ha sido creado con la asociación de diversos periodistas especializados con la idea de que sea un lugar de aprendizaje y de formación, indicó Capel, entre los que se encuentran Julia Pérez Lozano, Ignacio Medina, Federico Olderburg, Raquel del Castillo o los arquitectos María José de Blas y Rubén Picado. Restaurantes, vinos, recetas… y cursos para aprender cómo ser un crítico gastronómico o saber cómo nadar en las aguas del protocolo son algunos de los elementos que componen esta web.

“No queremos competir, ni se trata de nada original, queremos hacer algo que nos divierta”, apuntó el crítico. De esta forma, el portal se estructura en el club, en el que los asociados, por una cuota anual de 39 euros, pueden expresar sus opiniones sobre vinos o restaurantes, acceder a la información completa sobre las críticas, y beneficiarse de diversas actividades y noticias destacadas sobre la actualidad gastronómica. “A la hora de hablar de restaurantes hay que hacerlo con cara y con ojos; en la actualidad, muchas opiniones se pueden emitir bajo seudónimo y hay que ser más limpio, es lo que pretendemos con ese intercambio”, explicó Capel. Así también se expresaba Julia Pérez Lozano, quien con Capel ha impulsado esta iniciativa, al hablar de lo novedoso de GastroActitud, esto es, la ausencia de opiniones emitidas de manera “indiscriminada”. “La falta de control es perjudicial para el sector”, matizó la periodista.

Otro aspecto de GastroActitud es un buscador de perfiles de los chefs de más renombre del momento y una colección de recetas clasificadas por ingredientes en la que podemos encontrar a Alberto Chicote, Francis Paniego, Paco Roncero, Dani García, Joan y Jordi Roca o a Sergi Arola, quien ayer asistió a la presentación en sociedad de GastroActitud.

Sin duda, lo más llamativo del nuevo portal son los cursos online que impartirá el propio José Carlos Capel, Julia Pérez Lozano o Federico Olderburg, entre otros, y que se centran en la enseñanza de la crítica gastronómica, en los vinos del mundo, en un viaje por las materias primas como el dirigido por Ignacio Medina o el que los arquitectos de Blas y Picado dedican a la valoración del entorno que rodea a la comida. “La idea de los cursos parte de la experiencia que hemos tenido de nuestros viajes a Latinoamérica, así decidimos reunir a un grupo de profesionales”, explicó Capel. Julia Pérez Lozano recordó el recorrido pedagógico que tanto ella como Capel han tenido impartiendo clases en la Universidad de Barcelona.

¿Cómo se aprende a ser crítico gastronómico? José Carlos Capel comenzó como economista en el negocio familiar, donde se aburría “muchísimo”, relata. Para este crítico con 49 libros a sus espaldas y que por combinar su primera profesión con la cocina dio el salto a partir de un Rocío en el que escribió sobre gastronomía andaluza, la primera lección que deben aprender los alumnos es “la humildad, la paciencia, la observación, el conocimiento, el dominio del idioma… “. Capel se refiere al gran crítico francés Curnonsky, príncipe de la gastronomía, para explicar que, con el objeto de escribir sobre un solo restaurante, hay que haber visitado como mil. “Hay algunos críticos ahora de generación espontánea y piensan que están en su derecho… Debemos respetarlo, pero es necesario tener un entrenamiento. ¿Qué hay que hacer para saber de setas? Ir al campo y aprender de quien las conoce…”, apostilla Capel.

El crítico se alegra de que la gastronomía esté en boga, dado que es “uno de los motores de la economía española, y una de las razones que hacen feliz a la gente”. Y así se pregunta: “¿De qué sirve memorizar una lista de reyes si uno no sabe que las lentejas tienen proteínas y un valor nutritivo importantísimo? Me parece que es una ventaja… Cuando vas a Hungría a un concierto te dan una partitura porque el público lee música. Si todos los españoles supiéramos de aceites de oliva, de hortalizas, de pescados, disfrutaríamos el doble…”.

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