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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Chapurreo

Este país es cruel con quien se atreve a usar otra lengua sin un dominio perfecto. No nos dañó tanto el mejorable inglés de Ana Botella como un mensaje cursi y provinciano

Ricardo de Querol
Ana Botella toma café en un desayuno informativo a su regreso de Buenos Aires.
Ana Botella toma café en un desayuno informativo a su regreso de Buenos Aires.bernardo pérez

Guardiola quedó como un señor esforzándose en chapurrear alemán nada más llegar a Múnich. Bruce Springsteen se metió en el bolsillo al público chileno este 11-S versionando a Víctor Jara en un precario español. Sin embargo, España es cruel con quien se atreve a emplear otra lengua sin un dominio perfecto. Fue ridiculizado Sergio Ramos y su “Morry crisma, como Aznar por un artificioso acento tejano, y ahora Ana Botella es la mofa nacional con su “relaxing cup of café con leche”.

No fue por el discurso de la alcaldesa que perdimos los Juegos. No hizo más daño su mejorable pronunciación que un mensaje cursi, ñoño, provinciano. Mucho peor la surrealista rueda de prensa en que las respuestas no casaban con las preguntas. Mucho peor el “no listen the ask” del presidente del COE, al que sí cabe exigir un nivel de idiomas como el de un diplomático (y muchas cosas más).

Quienes criticaron, por ejemplo, el mensaje de Emilio Botín a sus inversores leído con apuros quizás no se dan cuenta de cuántos negocios se cierran en las ferias en un inglés básico y simplón que algunos llaman Globish. El mundo económico, siempre más práctico.

Los políticos, sin embargo, quedan en evidencia balbuceando al lado de deportistas muy bilingües. O cuando se les ve fuera de los corrillos en las cumbres internacionales. Paseando por el jardín de Moncloa con Chirac y Schroeder, Zapatero no sabía decir otra cosa de su antecesor González queevery day bonsais”. A Rajoy se le escapó un sarcástico It's very difficult todo esto” delante de Cameron.

Sin embargo, Artur Mas utiliza un inglés fluido para dirigirse a los medios extranjeros, lo que ayuda a la proyección exterior que busca. Pero en ningún idioma entendemos qué quiere decir sobre esa consulta cuyos detalles se guarda mientras algo se mueve en conversaciones secretas. A los llanitos, al revés, se les entiende muy clarito porque dicen no a España con ese bonito castellano que se habla en Cádiz.

Botella dijo con deportividad que ella también se ríe de sí misma. Algunas voces llaman a resistir al inglés como lengua franca de la globalización. No se lo crean y esmérense con el idioma que manda. Aunque vean que nuestros dirigentes se lían o se quedan mudos. Aunque no volvamos a acoger unos Juegos ni ganemos nunca más Eurovisión.

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

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