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RETRANSMISIONES DEPORTIVAS

La final de Nadal en el US Open no se consideró de interés público porque costaba 300.000 euros

TVE y las televisiones privadas pujaron por su emisión pero no se logró un acuerdo con Eurosport, propietaria de los derechos en España

El tenista español Rafael Nadal posa con el trofeo de campeón junto al serbio Novak Djokovic
El tenista español Rafael Nadal posa con el trofeo de campeón junto al serbio Novak Djokovic JASON SZENES (EFE/JASON SZENES)

El pasado lunes Rafael Nadal se jugaba el título del US Open ante Novak Djokovic, los dos primeros tenistas del ranking de la ATP. Los derechos de emisión en España para este torneo estaban en manos de Eurosport, canal de pago que se puede ver en la oferta de Movistar TV, R, Telecable y Euskaltel y que lleva muchos años apostando por el tenis en general y por este torneo en particular. Pero tras el paso a las semifinales, y sobre todo a la final, del mejor deportista español de todos los tiempos la polémica saltó a las calles y a las redes sociales. ¿Una final del US Open jugada por Nadal no es un acontecimiento deportivo de interés general? ¿Por qué no se puede ver en ninguna televisión en abierto? ¿Dónde está TVE, una televisión de servicio público que, además, tiene un canal exclusivamente dedicado al deporte? Según la Ley 7/2010 Audiovisual, que marca cuáles son los eventos deportivos de interés general, no (la final y las semifinales de Roland Garros con presencia española, por ejemplo, sí están dentro de ese catálogo, al igual que la Copa Davis). Una ley que no se ha revisado desde hace años y que ha dejado al sector televisivo, tanto en abierto como en el pago, en una nube de incertidumbre.

Este clamor popular llevó a varias cadenas a interesarse por las semifinales y la final del torneo americano. El precio marcado por Eurosport para esta final: 300.000 euros y para el paquete de semis y final 500.000 euros. Las televisiones privadas rechazaron la oferta al considerar que no les salía rentable levantar de su parrilla de programación series o programas que, seguramente, les reportarían mejores índices de audiencia. La hora, 23.00, no ayudaba y el día, lunes, tampoco. Hasta aquí todo normal, dos empresas privadas negocian y finalmente no llegan a un acuerdo. El problema viene cuando entra en liza la televisión pública.

TVE también demostró su interés en ofrecer las semifinales y la final pero, según publica el diario AS, responsables de la cadena comentaron que “el precio era demasiado elevado y fuera de nuestro alcance”. En plena época de recortes en el ente público puede parecer razonable que no se gastasen esa cifra en retransmitir el partido. Pero ¿es razonable que paguen una cifra cercana a esos mismos 300.000 euros por emitir el domingo la película X-Men orígenes: Lobezno? O los 70.000 euros de gastos de producción que costó la corrida de toros que retransmitieron desde Mérida. O, comprar los derechos de la Liga de Campeones, un valor seguro en la parrilla, cuando las televisiones privadas, si TVE no entrase en la puja, serían las primeras en adquirir esos derechos en abierto como ocurre con la Fórmula 1 o el Mundial de Motociclismo. Por qué gastar el dinero público en emitir varios Masters 1000 que, por supuesto, no levantan el interés de este choque. Si los toros entran en los planes de una televisión estatal por qué no un Grand Slam de tenis como el US Open con la presencia en la final de Nadal, uno de los grandes representantes de la “marca España” que tanto defiende TVE. Estas contradicciones chocan frontalmente con la vocación de servicio público que demanda el ciudadano.

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