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CONVERSACIONES BÁRBARAS: MARIO GAS

“Rajoy y Bárcenas son personajes de un guiñol terrorífico”

El director teatral habla de los dramas de la cultura y de la política, de amores, amistades y de su herencia artística

Daniel Verdú
GORKA LEJARCEGI

Mario Gas (Montevideo, 1947) le vio las orejas al lobo hace cuatro años. Un pequeño infarto. Cambió de hábitos. Como John Huston, descubrió el placer de un buen tinto y enterró el tequila, el ron… Ahora se cuida y, pese a grandes disgustos, como la muerte de su amigo Constantino Romero, tiene muy buen aspecto. En realidad, siempre lo ha tenido. Pero no quiere hablar de amores ni conquistas. De política sí. Y se le ve muy harto de cómo nos tratan. En el momento de la entrevista acaba de llegar de Mérida, donde estrenó un Julio César que terminó en una gran bronca del público al ministro Wert.

Pregunta. Menuda le montaron. No le dejaron ni pasar a camerinos.

Respuesta. Se la montó la ciudadanía de Mérida. Estábamos a punto de salir y oímos una bronca monumental. Nosotros solo pensamos, qué buena disposición para ver una tragedia como Julio César.

P. ¿Protestamos menos de lo que deberíamos?

R. Wert representa a una actitud que está fastidiando al sector del teatro, el cine y la educación. Hay que atenerse a las consecuencias. Suave me parece la respuesta de la gente de a pie. Están desmantelando todo lo conseguido.

P. ¿A la derecha no le interesa la cultura?

R. No hay que prejuzgar a nadie, pero obras son amores. Si les interesa lo disimulan muy bien. Tanto que parece que están en contra.

P. Dice Wert que él hizo Julio César

R. ¿La hizo o la deshizo? Siempre me ha hecho mucha gracia que los políticos digan lo que hicieron en la universidad. Todos hemos tenido muchos hobbys, pero no nos interesa lo que haya hecho el ministro.

La cultura ha sido condescendiente con la izquierda instalada en el poder”

P. Usted ha dirigido ocho años para la derecha. ¿Cómo son estos políticos nuestros?

R. Gallardón, por ejemplo, para mí fue un personaje dialogante. Discutimos mucho, pero quería confrontar con el otro sabiendo que no pertenecían a la misma concepción del mundo. Viendo cómo está metiendo la pata y situándose en un sitio radicalmente distinto a lo que parecía cuando era alcalde, uno se pregunta: ¿era el verdadero antes? ¿Lo es ahora? ¿Cambian los cargos?

P. No me negará que la cultura en este país ha sido bastante complaciente con la izquierda.

R. Sí, hay un tipo de ciudadano muy complaciente porque tiene miedo a perder lo poco que tiene. La cultura ha sido bastante condescendiente con la izquierda. Y sobre todo con cierta izquierda instalada en el poder: se ha querido sentir halagada.

P. Usted que es medio madrileño, ¿pedirá la doble nacionalidad en la Cataluña independiente?

R. Lo diré claro: no soy independentista. Pero percibo por primera vez en Cataluña un estado de malestar generalizado de gente no adscrita a formaciones políticas. Si se independiza, pues tendremos varios pasaportes. No veo tanto problema.

P. ¿Dirigiría el Teatro Nacional de una Cataluña independiente?

R. ¿Por qué no? Pero también el de una Galicia independiente o del barrio de Palermo independiente. Pero los nacionalismos son siempre de derechas. En Cataluña manda un partido de derechas hermano del que manda en Madrid, pero con una deriva independentista. Habría que preguntar si los catalanes quieren que les manden en otro idioma o cambiar las relaciones con el que manda.

P. Para usted que se ocupa de cuestiones del alma humana, ¿qué es la corrupción?

R. Muy fácil, meter la mano en la caja. Y esto está hundiendo a este país. Hay partidos que tienen la corrupción como norma, son los amos de toda la vida, los hijos, los nietos que siempre se han creído los dueños de todo.

P. ¿Puede verse en clave shakespeariana la relación entre Bárcenas y Rajoy?

R. No. Los personajes de Shakespeare son poliédricos. Estos son muy esquemáticos, se les ve mucho el plumero. Son más bien de una mala farsa, grotesca, de un guiñol terrorífico.

P. Usted nunca se ha casado?

R. No he pasado por un juzgado o una Iglesia. Pero he mantenido una relación conyugal mucho tiempo.

En los amores eternos, secretos, en un sentido poético, creo radicalmente”

P. ¿No creyó que el amor fuese a durar?

R. El amor dura toda la vida, la pasión no. El amor por las personas que quieres va transformándose con nuestra evolución física y mental. En los amores eternos, secretos, en un sentido poético, creo radicalmente. Pero si tú me preguntas por el amor…

P. Le estoy preguntando por su relación con las mujeres, Mario.

R. La mujer es un ser misterioso, complejo, sensible e inteligente con neuras diferentes a las de los hombres y que producen sensaciones fuertes.

P. A ver, tengo entendido que cuando cumplió 50 años su ex le organizó una celebración especial.

R. Vicky Peña y mi entorno me prepararon una celebración con gente que me había acompañado desde la adolescencia hasta ese momento. Fue mágico…

P. Me habían dicho que fue solo para examantes.

R. Esto, permíteme que te diga, es un amarillismo… que además no le interesa a nadie.

P. Hombre, si es así me parecería interesantísimo.

R. Me preparó una fiesta con gente de ambos sexos importantes desde mi adolescencia. Además, puede haber amantes que no fueran importantes. La amistad es también un acto de amor.

P. Ya, pero no es lo mismo.

R. ¿Cómo que no? ¿Cuál es la diferencia?

P. La pasión carnal. A menos que esté hablando del amor de Jesucristo.

R. Yo del amor de Jesucristo no he hablado en ningún momento. No me interesa. Lo que digo es que no existe el amor único, unívoco o eterno. Son más bien estadios que se complementan.

P. No sea tan correcto.

R. ¿Correcto? Yo creo que es muy incorrecto. La gente tiene miedo a eso. Entienden solo amante y oficialidad. Sería un error cerrarse y dejar pasar experiencias por delante de ti.

DNI urgente

Director, actor y doblador de Ben Kingsley, lleva el arte grabado en el ADN. Es sobrino del gran Mario Cabré e hijo de la bailarina María Cabré y el cantante y actor Manuel Gas. Sus padres, embarcados en una gira, le tuvieron en Montevideo.

P. ¿A usted le sigue pasando?

R. El día que no me pase me encerraré en mi casa, aunque la pasión de un chaval no es la de un hombre de 65. No hay que hacerse espejismos.

P. Se llama Mario por su tío Mario Cabré.

R. Y él se llamaba así por el por el personaje Mario Cavaradossi, de Tosca.

P. Un galán que arrasaba con las mujeres, como usted…

R. Yo no tengo nada que ver con él. Soy una persona con un gran sentido de la privacidad. Él tenía un gran carisma, una cultura extraordinaria, buen poeta y buen torero. Aprendí mucho de él y descubrí muchas cosas en su biblioteca a muy temprana edad. Y sí, tenía un gancho para las mujeres evidente. Siempre mantuvo gran amistad con sus novias…

P. De la vida privada de su tío sí habla…

R. Porque se han publicado muchas cosas. Pero es que la mía no interesa.

P. Por él salió también taurino.

R. Sí, y fui a la última de la Monumental de Barcelona. No me gustan las prohibiciones. Todos tienen parte de razón. Pero creo que habría que abolir muchas cosas antes. Oye, pero es muy blanda esta entrevista.

P. Pero, ¿qué dice? Si no quiere ni hablar de sexo.

R. En este país ha habido mucho cotilleo y amarillismo. Pero en cualquier caso te puedo decir que he sido muy afortunado de la cantidad de gente que me ha amado… o que les he parecido bien.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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