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La cancelación del concierto de clausura del FIS genera un cruce de reproches

La nueva dirección, la antigua y la empresa Armonía se responsabilizan por la suspensión del concierto de la Scala de Milán

Fernando Argenta, Teresa Berganza y Joaquín Achucarro,en el homenaje del FIS por el centenario del nacimiento de Ataulfo Argenta.
Fernando Argenta, Teresa Berganza y Joaquín Achucarro,en el homenaje del FIS por el centenario del nacimiento de Ataulfo Argenta.Alberto Aja (EFE)

El escándalo (de cara al público) comenzó con la cancelación del concierto de clausura del Festival Internacional de Santander (FIS) el pasado 26 de agosto, en el que tocaba la Orquesta de la Scala de Milán. Tras una serie de dimes y diretes entre la organización del festival, la antigua y la empresa Armonía por depurar responsabilidades, Jaime Martín y Valentina Granados, los actuales encargados, reunieron el pasado martes a los medios de comunicación para entregarles un dossier de siete folios y 14 puntos. En ellos la nueva gestión explica, desde su punto de vista, lo ocurrido.

Según el documento, todo comienza el 23 de agosto de 2012. Ese día se le comunicó de manera verbal a José Luis Ocejo, director del FIS durante 33 años, que iba a ser cesado de su cargo. Oficialmente se haría efectivo su despido el 31 de octubre. Tras la noticia, se emiten una serie de pagarés por valor de 278.000 euros a la agencia Armonía, propiedad de Sorín Melinte, por la gestión de seis conciertos para la temporada 2013.

Esta forma de pago, que anticipa el dinero antes de haberse producido la actuación, en opinión de la nueva gerencia es “inusual” porque “supone pagar conciertos antes de que se celebren”. No lo ve así Ocejo, que en una nota de prensa enviada ayer a los medios ha asegurado que “extender pagarés es algo que se hace habitualmente”. El antiguo director, además, ha defendido su gestión y ha ratificado que “el festival ha sido auditado anualmente y nunca se han detectado irregularidades”.

Cuando Martín y Granados se ponen al mando de la organización deciden hacer recortes para hacer frente a la deuda de más de dos millones de euros que arrastra el festival desde hace cuatro años. El presupuesto que destinan a gastos artísticos para el curso 2013 asciende a 711.000 euros, siendo el coste de los cuatro contratos firmados por Ocejo con Armonía para los seis conciertos de cerca de 800.000 euros.

La organización del FIS decide, según el comunicado, la cancelación de alguna de las actuaciones para no aumentar la deuda. El Ballet de Boris Eifman, que en un principio tenía un compromiso de dos actuaciones, se reduce a una. Los responsables de la compañía concluyen que un solo pase no es rentable y finalmente deciden no aceptar la oferta. Como sustitutos se eligen al Ballet de Biarritz y a la Orquesta Sinfónica de Euskadi. Otra de las cancelaciones fue un espectáculo visual que iba a llevar a cabo la Compañía Cinematográfica Rusa. En este caso la noticia no trascendió porque se hizo antes de diseñar la agenda.

El culmen llega con la cancelación del concierto que iba a dar la Orquesta de la Scala de Milan con motivo de la clausura del festival. La compañía no pudo actuar debido a la cancelación del vuelo chárter que tendría que haberlos llevado a Santander. Según la dirección, Armonía tendría que haber cubierto los costes del traslado, pero esta no lo hizo. La organización, entonces, consideró “inadmisible asumir nuevamente el pago de una cantidad ya atendida y que hubiera supuesto un desembolso adicional de 139.630 euros de los fondos del FIS sin la más mínima garantía de recuperación”.

La dirección alega que Melinte, a través de su abogado propuso, un mes antes de la celebración del concierto un acuerdo con el FIS para liquidar las relaciones entre ambas partes: el festival se haría cargo de los gastos correspondientes al desplazamiento de la Orquesta de la Scala y los honorarios de la Royal  Philharmonic Orchestre de Londres, encargada de abrir el festival, y estos se comprometen a devolver los pagarés que Ocejo dio a Armonía en julio de 2014. La organización lo rechaza y expone que ”nada queda pendiente de abono por parte del FIS”.

Por su parte, el director de Armonía ha declarado en un comunicado de prensa que este solo ha cobrado del FIS 58.000 euros de los 278.000 euros de los pagarés que recibió. También ha asegurado que la organización ha creado un agujero en sus empresas. Melinte ha calificado como una “burla” la postura de la dirección de festival, de la que espera una disculpa. Aunque no se ha aclarado, por el momento, qué ha pasado con el total de los pagarés entregados por Ocejo.

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