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LA LIDIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La ambición de Juan del Álamo

Alberto Lamelas, herido en el primero, volvió para lidiar el sexto tras ser operado

Cesar Puerto, de la cuadrilla de López Simón sufre una cogida en el tercio de banderillas.
Cesar Puerto, de la cuadrilla de López Simón sufre una cogida en el tercio de banderillas.ÁLVARO GARCÍA

Se dice que Madrid es la plaza más exigente del mundo, la que da y quita. A Jonathan Sánchez Peix lo podían haber anunciado El Flecos III, siguiendo la estela de su padre y su hermano y daría lo mismo. El nombre es lo de menos. Lo importante es que en tres tardes en Madrid esta temporada ha cortado tres orejas. Llegar, hacer bien las cosas y triunfar.

No es que tenga un truco, aunque sí mucha picardía, la de ser el menor de seis hermanos en una familia acostumbrada a buscarse la vida con lo que salga, o practique la nefasta suerte del autobús, que consiste en colocar en el tendido un buen número paisanos para crear ambiente a favor. Sus triunfos son honestos, no hay ratonería o concesión al tendido. Conoce el oficio. Juan del Álamo, como le pusieron sus apoderados, conecta con el tendido, se pone de verdad y resuelve la papeleta que tenga delante. Con su primero, de mejor condición, estuvo entonado en un comienzo por bajo enseñando a embestir y empapando al toro a con mimo. Se echó la muleta a la derecha y engarzó tres tandas limpias abrochadas con el de pecho, limpio, puro, sin estridencias.

Terminó con doblones por bajo, artista y poderoso. La estocada a la primera y dejándose ver le sirvió para arrancar una oreja de peso. Con el cuarto, algo más complicado, mostró su dominio y madurez. Faena recia, propia los que hacen mucho campo y distinguen pronto las condiciones del toro. Un pinchazo previo a la estocada dejó su labor en saludos, pero con ganas de que lo vuelvan a repetir. ¿Quizá en la feria de Otoño?

Alberto Lamelas tuvo el mérito de quedarse a matar el toro después de resultar herido en el primero, pasar por la enfermería, ser operado de “herida por asta de toro en región escrotal izquierda, de 10 cm que interesa piel y tejido celular subcutáneo y un puntazo corrido en región dorsolumbar”. Aunque el pronóstico era leve, tenía motivos para irse al hospital. Deslumbró al salir a torear al sexto, cojeando, pero con entereza. Dio sensación de ser el más verde del cartel, el menos placeado, pero con ganas de ganarse un puesto.

López Simón, con el peor lote, también resultó cogido, sin que calase el pitón en el tercero. Estuvo valiente, pisando terrenos comprometidos y muy entonados en el comienzo de faena rodillas en tierra. Falló con el estoque y cayó en los blandos, de no ser así, habría paseado un trofeo. En el quinto deslumbró al comenzar con un pase cambiado en los medios. Tuvo el detalle de brindar a César del Puerto, de su cuadrilla, que resultó prendido durante el tercio de banderillas.

Corrida del día de la Virgen de la Paloma

Plaza de toros de Las Ventas. Un cuarto del aforo cubierto.
Toros de Montalvo: bien presentados y nobles. Primero y segundo, ovacionados en el arrastre. Tercero y sexto, aplaudidos.

Alberto Lamelas, que confirmaba la alternativa, saludos tras aviso y vuelta al ruedo.

Juan del Álamo, oreja y saludos.

López Simón: saludos tras aviso y saludos.

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