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El descubrimiento de un friso desmitifica la vocación pacifista de los mayas

Expertos explican que la civilización tenía "enfrentamientos constantes” y que las guerras fueron la causa de su colapso

Foto: reuters_live | Vídeo: REUTERS-LIVE!

El descubrimiento de un friso en una pirámide del sitio arqueológico de Holmul, en la provincia de Petén, cuna de la civilización maya en el norte de Guatemala, permitirá a los expertos realizar una nueva lectura de la historia de los mayas. El hallazgo motivará una revisión profunda de las “verdades” hasta ahora sentadas como inamovibles.

El friso, descubierto en la ciudadela Holmul, 35 kilómetros al norte de Tikal, mide ocho metros de largo y dos de ancho, y fue calificado por su descubridor, el arqueólogo guatemalteco Francisco Estrada-Belli, como “el más espectacular de los hasta ahora conocidos”. Explicó que contiene “datos históricos minuciosamente detallados” sobre una época de la que no se tenía ninguna información.

En declaraciones a EL PAÍS, el experto Federico Fahsen dice que un punto clave del friso es que permite identificar a dos reyes de la época. Uno de ellos, Aj Wosaaj, también aparece en un altar de otra ciudad, conocida actualmente como El Naranjo. “Esto demuestra que en esa época, aproximadamente el año 600 de nuestra era, la relación entre las diferentes ciudades era estrecha”, afirma Fahsen, que añade que esta relación no siempre era de "alianzas”.

El friso maya de Homul. (EFE)

“Siempre se nos ha dicho que los mayas eran pacíficos, extremo que no es verídico. Los mayas, como cualquier civilización, eran gente que por razones geopolíticas tenían enfrentamientos constantes”, puntualiza Fahsen, quien califica estas guerras como “endémicas” y la causa última del colapso de esa civilización.

En esta apreciación coincide Estrada-Belli quien, en una rueda de prensa este miércoles, dijo que “la importancia del hallazgo radica en que cambia la percepción que se tiene sobre la cultura maya”. El experto señaló la falta de rigor de la afirmación de que los mayas “hacían muchas guerras por razones rituales, cuando obedecían a un patrón: el afán de controlar territorios vecinos”.

El sitio arqueológico de Kan, donde fue encontrado el friso, había pasado desapercibido para los expertos, dada su pequeñez y la falta de infraestructura para llegar hasta allí, lo que en cambio no ha sido problema para los depredadores, que han causado destrozos considerables.

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