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El Escorial acoge el estreno europeo de la coreografía ‘Rust’, de Nacho Duato

La Compañía de Martha Graham borda una única actuación en el festival veraniego

Un momento de la coreografía 'Rust', de Nacho Duato, representada por Martha Graham Dance Company.
Un momento de la coreografía 'Rust', de Nacho Duato, representada por Martha Graham Dance Company.

Haciendo su 88ª temporada la compañía norteamericana de Martha Graham brindó anoche una memorable velada de gran altura estética, con el ingrediente añadido del estreno europeo de la coreografía Rust, encargo hecho a Nacho Duato y estrenada recientemente el pasado mes de abril en Norteamérica.

El programa se dividió en dos partes y lamentablemente comenzó con un inapropiado sermón didáctico de Janet Eilber, directora artística de la agrupación. Por suerte duró poco y luego el auditorio se sumergió en la grandeza de un estilo tan moderno como imperecedero. La primera parte tuvo en su centro Diversion of angels (1948), pieza cardinal del estilo y preocupaciones de la coreógrafa y había abierto programa una versión demasiado esquemática de la pieza Errand into the maze, cerrando unas estupendas variaciones sobre el original Lamentation, que fue donde los valores del estilo se impusieron absolutamente, un clásico sostenido con pulcritud y elegancia donde prevaleció una organización y dinámica contemporáneas a través de una rítmica erudita sobre músicas que iban desde Chopin a Mahler.

La segunda parte, que se abrió con la pieza de Duato tenía la connotación si se quiere política en dos aspectos; de un lado, Duato trata el manejo brutal de unos prisioneros que puede sugerir a Guantánamo, y de otra, era la primera vez que el público español veía una obra nueva del creador valenciano tras su expresa prohibición de que se representara su repertorio por la Compañía Nacional de Danza.

Una imagen de la coreografía 'Rust', de Nacho Duato, interpretada por la compañía de Martha Graham.
Una imagen de la coreografía 'Rust', de Nacho Duato, interpretada por la compañía de Martha Graham.

Siendo ateo hay que decirlo: Martha está con los bailarines, los ilumina y de alguna manera los guía a través del estilo, algo conmovedor que toca techo en Chronicle (1936), evocación de la guerra y otros fantasmas dramáticos en el que un coro sólo de mujeres sugiere tanto al coro griego como a una formación tenebrosamente militar.

Volviendo a Duato su pieza solemne a ratos y a medio camino de su etapa tenebrista aún alienta destellos formales que remiten a Remansos y a su elaboración a través del canon masculino.

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