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Radio Futura tiene futuro

La reedición de ‘La canción de Juan Perro’, que consagró al grupo hace 25 años, abre la posibilidad del regreso de la mítica banda de los hermanos Auserón

Luis Auserón, músico y componente de Radio Futura.
Luis Auserón, músico y componente de Radio Futura. LUIS SEVILLANO

“Jamás nos planteamos volver cuando Enrique estaba vivo. Jamás”. Dice tajante Luis Auserón. “Pero ahora... Vamos a ver, en principio la idea no me apasiona. Y eso es lógico. Pero si llega un momento que no tienes para pagar la luz, ¿lo harías o no?”. A Luis Auserón no le gusta vivir del pasado, pero con 58 años deja abierta la posibilidad de una vuelta de Radio Futura, el grupo del que fue bajista entre 1979 y 1992, y uno de los buques insignia de la primera generación de la nueva ola madrileña (lo que ahora se conoce como “la movida”).

 El martes se reedita su cuarto álbum, La canción de Juan Perro, un lanzamiento con el que, no podía ser de otra forma, tiene una relación ambigua: “Por un lado es como cuando te llega un aviso anunciando una gran fiesta estilo Rockola. Piensas: ‘¿de verdad alguien quiere revivir algo que pasó hace 30 años?’. Que lo hagan otros, no tú. Pero cuando ves el disco acabado... joder, es tan bonito...”.

El que fuera bajista del grupo abre y acaricia con cariño el librodisco. Contiene tres CD. En el primero está el álbum original de 1987. En el segundo, las maquetas de los 10 temas. “El disco lo grabamos en un mes en Nueva York. Nos parecía poco tiempo, porque generalmente pasábamos tres en el estudio. Así que esa vez decidimos llevarlo todo preparado. Estas demos son una especie de ensayo general”. El tercero contiene un directo grabado en Alcalá de Henares en 1988. “Tras la edición de La canción..., preparamos el disco en vivo. [Lo que en 1989 sería Escueladecalor: el directo de Radio Futura\]. Y probamos distintas cosas. Este lo hicimos con una unidad móvil que nos pareció cara en su momento y la descartamos. Pero ahora lo oyes y piensas ‘Cómo suena, ¿no?”.

Luis es el encargado de la promo de este lanzamiento. En las fotos del libreto aparecen cinco personas, pero la estructura real era distinta. “En aquel momento el núcleo del grupo éramos los tres. Desde que dejó la banda Solrac [apodo del batería Carlos Velázquez, componente de la banda desde 1980 a 1985] nos dimos cuenta de que cuando convocabas a un músico nuevo, por mucho que quisieras, no había participado en las experiencias previas. Así que estábamos los fundadores y los colaboradores. Pero el trato no era clasista. Tú comes lo mismo que yo y haces lo mismo que yo”.

Los fundadores eran tres: Enrique Sierra, guitarrista, fallecido en 2012 tras una larga enfermedad renal. “Bajo su aspecto del punk más destructor estaba la persona más educada que he conocido en mi vida. Un gentleman, le llamaban sir Henry". Con respecto a la posible vuelta, su recuerdo es el principal escollo. “No sé si sería bonito usar el nombre sin estar Quique. Tanto Santi como yo le tenemos un respeto profundo. Ha sido más que un amigo y un compañero. Es el hombre más bueno que he conocido en mi vida. No nos gustaría ofenderle, molestarle o perderle el respeto bajo ningún concepto a ninguno de los dos”.

El tercero de los componentes es su hermano Santiago. El vocalista y letrista no dará entrevistas para este lanzamiento aunque su alias para grabar después de la desbandada de Radio Futura en 1992 ha sido Juan Perro. “Fue algo que le espetó a Santiago una noche Ricardo Teixidó, batería de Danza Invisible, casi como una ofensa. “Tú eres un Juan Perro”. Y él le dijo: ‘Me encanta’. Un Juan Perro es un vagabundo, un don nadie, pero con estilo”.

La canción de Juan Perro es un disco fundamental por muchos motivos. Para empezar fue un colosal éxito, vendió 250.000 copias. El álbum se distribuía no solo en tiendas de discos. Ocupaba estanterías enteras de los hipermercados, compartiendo espacio con el debut de Terence Trent D’Arby o Joshua tree, de U2, el disco más popular de aquel año, en el que el grupo irlandés miraba directamente a los sonidos y la iconografía de Estados Unidos, exactamente lo mismo que hacía en esas fechas el grupo madrileño. Un cambio estilístico para una banda que hasta entonces era totalmente anglófila. “Veníamos de las técnicas de producción inglesas. Eran estudios muy tecnológicos y lo desarrollamos hasta que nos dio placer, pero en esa época escuchábamos música americana, lo que nos hizo pensar en la posibilidad de un sonido más natural. Más orgánico”.

Esa intención inicial se hace más amplia. Entran en la ecuación la rumba, el funk, el blues, o ritmos caribeños. Se integran en canciones como La negra flor, 37 grados o Luna de agosto. Algo que no era usual en la época, y que habían intentado con mucha menos suerte comercial grupos como Los Coyotes. Era una vuelta hacia lo tradicional y lo propio, una tendencia que empezaba a asentarse. También se publicó en 1987, Camino Soria, de Gabinete Caligari, reivindicación de lo castellano. “Yo hoy no tocaría algo latino bajo ningún concepto”, dice Luis Auserón. “Entonces investigábamos sonidos populares que tuvieran que ver con nuestra cultura. Pero tú te curras un ritmo latino como A cara y cruz, y a los pocos meses es número uno Ven, devórame otra vez. ¿Es culpa mía? Pues entonces me vuelvo a Jimi Hendrix y de ahí no me muevo. Es cierto que muchos grupos han salido de lo que hicimos. Pero oyendo a la mayoría de ellos no es un listado en el que yo quisiera estar”.

Lo que sí asegura el bajista es que en ningún caso fue el ánimo del grupo entrar en el mercado latinoamericano. “A nivel comercial solo hicimos un viaje a México, y nos arrepentimos y volvimos. A nivel privado, Santiago tenía compromisos profesionales en Cuba, y volvió muchas veces. Yo iba mucho a Brasil, que era mi pasión… cuando tenía pasta”.

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