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El bajista que nunca hacía nada

Jason Newsted, exmiembro de Metallica y Voivod, reaparece con una nueva formación con la que logra firmar en solo tres meses un disco con Sony y 70 conciertos 'Heavy metal music' saldrá a la venta el 6 de agosto en EE UU, poco antes que a España

De izqueirda a derecha: Mike Mushok, Jason Newsted, Jessie Farnsworth y Jesús Méndez Jr.
De izqueirda a derecha: Mike Mushok, Jason Newsted, Jessie Farnsworth y Jesús Méndez Jr.Fran Strine

Durante años Jason Newsted ha vivido como una figura secundaria a la sombra de otros titanes musicales. Sin embargo, el exbajista de grupos como Metallica o Voivod ha vuelto a la primera línea con Metal, un ep fruto de la banda que lidera con su propio apellido "para bien o para mal". Cinco meses después de ver la luz, las cuatro canciones de este trabajo están obteniendo un fuerte respaldo del público, lo que ha conseguido despertar el interés de Sony music. Así, Newsted publicará Heavy metal music, el primer disco de la formación, el 6 de agosto en Estados Unidos y se epsera que llegue a finales de mes a España.

"Hace mucho que no estaba en el negocio de la música y en 10 o 12 años han cambiado muchas cosas. Más que nada quería ver la respuesta de la gente y saber si a alguien le interesaba todavía mi música o no", explica apacible antes de su actuación en el festival metalero Sonisphere de Madrid el pasado 31 de mayo. Metal ha escalado, según Sony, hasta el número uno de las listas de iTunes estadounidenses, lo que ha provocado una avalancha de trabajo inesperado para el cuarteto. "Han pasado solo tres meses y ya hay un disco anunciado y nos esperan 70 conciertos por todo el mundo", comenta visiblemente sorprendido antes de los espectáculos de Megadeath y Iron Maiden.

Aparentemente algo cansado de haber sido el revulsivo de bandas como Voivod, Echobrain, Ozzy Osbourne o Metallica, Newsted (Michigan, Estados Unidos, 1963) defiende la oportunidad para encabezar un proyecto propio. "Siempre he sido el impulso, quien resucitaba un grupo. Aquí, desde el principio he escogido, he escrito las letras, he compuesto las melodías y puesto mi voz. Era hora de ponerle mi nombre", argumenta el bajista recolocándose su cazadora vaquera con parches y chapas. En Metal y las canciones a las que ha tenido acceso EL PAÍS que formarán parte del disco, el líder de la formación hace gala de un rock duro fresco que, al mismo tiempo, evoca lo mejor de los riffs melódicos y pesados de Reload. "Al principio era metal de la vieja escuela, como el trío poderoso de Soldierhead, pero desde que Mike Mushok [miembro de Staind] llegó tiene otro color. Ahora todo el mundo compone su parte a partir de una estructura que yo establecí".

De esta manera Newsted se sube de nuevo al tren de un estilo que conoce a la perfección, donde el tempo no lo es todo y el artista se esfuerza por trasladar mensajes positivos en sus letras. "El heavy metal es heavy metal, no importa la velocidad. Cuando me senté a escribir no dije: 'esta va a ser rápida y esta lenta'. Nacen como un cuadro, no sé qué va a pasar cuando compongo", defiende el bajista. Con esa sencillez y capacidad de síntesis, la banda consiguió una buena acogida durante su actuación ante miles de fans en el auditorio Miguel Ríos de Rivas-Vaciamadrid, donde el grupo premió a los asistentes con retazos de Creeping death y recuperó la frenética Whiplash. "En los conciertos de calentamiento en Estados Unidos toqué el bajo y la guitarra. Lo hare más adelante pero en festivales donde solo hay 45 minutos para tocar, prefiero limitarme al bajo".

La carrera profesional de Newsted comenzó en 1986 al incorporarse a Metallica, tras el fallecimiento de su antiguo bajista Cliff Burton en un accidente de tráfico. En 2001, cansado del trato recibido en el grupo, el músico natural de Michigan abandonó el cuarteto y empezó un periplo que le ha llevado a formar parte de Echobrain y Voivod y colaborar con Ozzy Osbourne y Sepultura, entre otros. "Estoy orgulloso de todo lo que he hecho. Metallica y yo somos socios de por vida. Hicimos juntos el disco de metal más grande de todos los tiempos. Nadie puede cambiar eso, ni nos lo podrá quitar nunca nunca nunca jamás". Valiente y abierto a la hora de abordar cualquier ámbito de su carrera, Newsted recuerda, sin embargo, a su exgrupo desde la frialdad económica, más que desde la amistad. "No hablo con ellos desde la reunión del aniversario de los 30 años. Hablamos una vez cada año y medio, no mucho, pero tampoco lo hacía mientras estaba en el grupo", ríe con tristeza en sus ojos azules.

En esos casi 30 largos e intensos años de trayectoria, el bajista ha tenido tiempo para experimentar momentos agridulces, aunque mayoritariamente positivos, asegura. Dentro de la caja de recuerdos irrepetibles, Jason Newsted no puede dejar de mencionar hitos como el hecho de formar parte del paseo de la fama o los 9 Grammys de su vitrina. "No hay nada más grande que eso, es la ostia, una locura. Otros momentos muy dulces vienen también de la interacción en los espectáculos. Hay conciertos intocables con Metallica, como Tushino Airfield en Moscú ante 600.000 personas o el Tokyo dome, con Echobrain y otro con este grupo". Pero, claro, no es oro todo lo que reluce. La intensa vida también le ha deparado duros reveses dentro y fuera del escenario. "El más horroroso fue cuando James [Hetfield] se quemó en Montreal y luego, el peor momento de mi vida, fue cuando Piggy [Dennis D'Amour, guitarrista de Voivod] murió. Tenía 44 años y estábamos grabando un disco. Estuvo tanto tiempo de gira y no se cuidó...".

Fascinado por el alto tipo de IVA español -"Uaah, ¿Ha subido del 8 al 21%? ¿En serio? ¡Joder!"-, Newsted vaticina que tanto la música como la cultura no perderán su tono muscular. Con una mochila llena de optimismo, el bajista se muestra muy satisfecho con su dilatada y prestigiosa carrera, de la que puede presumir de haber actuado junto a artistas de primera categoría como James Hetfield, Zakk Wylde, los hermanos Cavalera y Ozzy Osbourne, entre otros. El nuevo proyecto no solo le produce satisfacción ante los resultados cosechados hasta ahora, sino que además, le permite adaptar el rol de líder del grupo, algo que deseaba desde hace tiempo. "A todo el mundo le gusta que le presten atención y si trabajas mucho por algo, te gusta que se aprecie", revela con sinceridad, "todo el mundo que se sube a un escenario es narcisista y egocéntrico".

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