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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘Carta a Eva’

Existe la costumbre de aspirar a que TVE se parezca a la BBC. Lo que demuestra 'Carta a Eva', es que la BBC no es del todo inalcanzable si el talento que existe en este país se pone en común

Juan Cruz

Existe la costumbre de aspirar a que TVE se parezca a la BBC. Lo que demuestra Carta a Eva, la miniserie que el jueves se inauguró en TVE-1, es que la BBC no es del todo inalcanzable si el talento que existe en este país (y en Argentina, en el caso que nos concierne) se pone en común a partir de una buena idea, un buen texto, una buena dirección y una actuación a veces sobresaliente.

Es una garantía, claro, que al frente de este argumento (el franquismo más cutre) se halle un director como Agustí Villaronga, que ya recreó en Pa negre esa atmósfera tal como la contó Emili Teixidor en un libro memorable. Enfrente de ese tiempo tan cruel estaba la explosión popular (y populista) de Eva Perón en Argentina, cuya riqueza en ese momento fue objeto del deseo de Franco, asediado por el mundo mientras firmaba penas de muerte y dormitaba. Perón mandó a su mujer a calmar el hambre de España.

La España avasallada por aquel iscariote del que escribió León Felipe no se estaba quieta; una mujer, Juana Doña, que luchó (en nombre de su marido, asesinado por el franquismo) contra el dictador. En la miniserie es central ese instante en que una mujer desolada pone en jaque al malvado. Eva Perón, al fin, la salva de la muerte.

Toda la película es historia. A veces proyectos tan buenos se frustran por los errores de casting. Aquí, en mi opinión, el que juntó a los actores (para hacer de Franco, de Evita, de la tétrica mujer de Franco, del primo Pacón, de Perón, de Juana Doña, de la madre de esta) se ganó un sobresaliente, que ha de compartir con todos ellos y con Villaronga.

Un apunte más, ahora que hablamos de TVE-1 y lo que podría acercarla algún día (ojalá) a lo que fue la BBC: esos reportajes de Carlos del Amor en los telediarios. Del Amor agarró un libro, El banquete de los genios, en el que Manuel Hidalgo retrata qué pasó cuando Cukor invitó a almorzar a Buñuel (con Hitchcock, con Wilder, con tantos), e hizo, como es habitual, buen periodismo literario. Ahora que está la Feria del Libro en Madrid y que el oficio de librero está tan acosado, los telediarios debieran mirar a los libros así, y todos los días. Ya que no hay entrenamientos de fútbol, que suelen consumir tantos minutos, que el libro viva en la tele.

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