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Antonio López y el retrato sin fin

Patrimonio Nacional conmina al pintor a rematar de una vez su pintura de la familia real La obra, encargada hace 17 años, se acabará en el Palacio Real

Estudio de Antonio López en 2011 con el cuadro de la familia real. La imagen pertenece al libro 'Antonio López, pintura y escultura'.
Estudio de Antonio López en 2011 con el cuadro de la familia real. La imagen pertenece al libro 'Antonio López, pintura y escultura'.

A instancias de Patrimonio Nacional, el pintor Antonio López se traslada al Palacio Real de Madrid, donde se ha comprometido formalmente a terminar, en un plazo limitado, el cuadro de la familia real que hace 17 años le fue encargado y posteriormente abonado, sin que hasta el momento lo haya concluido. El lienzo, de gran formato, incluye al Rey, la Reina, el Príncipe de Asturias y las infantas Elena y Cristina.

El cuadro ha sido sometido a numerosas modificaciones formales por el pintor manchego. Desde hace unos días, la tela, de 3,40 metros de longitud por tres metros de altura, se encuentra en el Palacio Real, en una sala contigua a la Capilla Real, hasta donde ha sido trasladada desde el domicilio del pintor en el distrito de Chamartín.

Antonio López pidió en su día, hace tres años, llevar el lienzo a su taller, invocando razones de cuidados familiares. Pero, a partir de ahora, trabajará en el retrato de la familia real desde el propio palacio, según anunció este martes 7 de mayo José Rodríguez Spiteri, presidente de Patrimonio Nacional, organismo que administra los bienes estatales que incluyen los que se ponen a disposición de la corona para los actos oficiales. “Antonio López va a disponer en palacio de un espacio con luz del norte que ya lo quisiera para sí Francisco de Goya”, anuncia Rodríguez Spiteri. “Confío en que estemos ya ante el empujón final de este cuadro”, añade. “Es una obra muy buena y para terminarla se requiere impedir las distracciones”, subraya el presidente del organismo estatal.

“Ya he llevado el cuadro al Palacio Real para rematarlo allí, hasta donde he trasladado los materiales, las fotografías y todo lo que necesito para proseguir”, asegura por su parte Antonio López. ¿Se encuentra ya ante el empujón final? “Sí, claro”, asegura el pintor, que retomará la obra “hoy o mañana”.

El pago del cuadro, unos 300.000 euros, fue completado hace una década

A la pregunta sobre las causas de tan prolongada demora en la culminación del retrato, Antonio López responde: “No he sabido hacerlo antes, creo que no he tenido capacidad para haberlo resuelto con anterioridad”. ¿Puede haber influido en la demora el lugar elegido para colocar el lienzo (la sala del Consejo de Patrimonio Nacional)? “Realmente, no me preocupa mucho el lugar elegido, lo que deseo es terminar bien el cuadro”, asegura.

El artista afirma que no lo sometió a muchas modificaciones: “Sí algunas, sobre todo relativas a distancias entre las figuras”. El atuendo de la Reina pasó de ser un traje de color vainilla a otro estampado; la distancia entre el Príncipe y doña Sofía ha variado en distintas ocasiones. A propósito de que se puedan llegar a notar los repintes, el pintor replica con una sonrisa: “Hombre, esperemos que no”.

El artista ha llevado sus materiales a una sala contigua a la capilla real

Y en cuanto a la finalización, no da pistas: “Tampoco me preocupa mucho la fecha. Espero que quede bien, eso es lo que más me preocupa. En Patrimonio Nacional se están portando conmigo con gran elegancia…”.

Antonio López asegura que hace diez años “se completó el pago del cuadro”. El precio frisaba los 43 millones de pesetas, unos 300.000 euros de hoy. “Cuando lo termine, no cobraré más por el cuadro”, precisa el pintor.

A la cuestión de si Patrimonio Nacional habría contemplado establecer una demanda, el presidente del organismo estatal José Rodríguez Spiteri subraya: “Eso estaría fuera de lugar; las relaciones con Antonio López son personales y buenas, siempre lo han sido y lo van a seguir siendo. Él fue amigo de mi tío, el pintor Pablo Palazuelo, y fui con Antonio López a visitarle a su casa de Galapagar. Por otra parte, cada dos meses acudí al estudio madrileño y López me comentaba cómo discurrían las cosas”. “El cuadro tiene que terminarse ya, antes de fin de año”, indica, “no puede convertirse en una historia sin fin. Pero soy optimista al respecto. Confío en no tener que admitir un día a visitantes del Palacio Real a los que tenga que decir ‘aquí tienen este retrato de la Familia Real, inacabado por el pintor Antonio López".

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