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OBITUARIO

Paul Williams, padre del periodismo rock

Fundó ‘Crawdaddy’, primera revista con una mirada crítica sobre el género

Paul Williams.
Paul Williams.

Paul Williams (Boston, 1948), fundador de la revista musical Crawdaddy, escritor y albacea literario de la obra de Philip K. Dick, murió a los 64 años de complicaciones derivadas de una demencia senil precoz.

Al parecer su enfermedad la causó una lesión cerebral resultado de un accidente de bicicleta en 1995. Entonces dirigía una nueva etapa de Crawdaddy, los 28 números que se publicaron entre 1993 y 2003, cuando, por problemas financieros, cerró por segunda vez la revista que había fundado en 1966, con tan solo 17 años.

Crawdaddy fue la primera publicación en tener una mirada crítica sobre el rock. Hasta entonces se trataba a esa música y a sus autores como a simples monigotes, carnaza para fans, y la pregunta más complicada que podían afrontar era sobre su color favorito. “La especialidad de esta revista es la escritura inteligente”, decía Williams en su primer número, en el que firmaba todos los artículos. Era apenas un fanzine, hecho desde su dormitorio en el exclusivo Swarthmore College.

Inspirada en otras publicaciones parecidas dedicadas al folk, como Boston Broadside, la táctica de Williams fue enviar ejemplares a los músicos y discográficas que aparecían en sus páginas. Algunos, Paul Simon y Dylan entre ellos, le llamaron para felicitarle, lo que Williams convirtió en entrevistas en profundidad. Poco después los sellos empezaban a comprar publicidad en la revista y la distribución se hacía nacional. Cuando le expulsaron del campus por intentar colarse de polizón en un avión para ir a California al entierro del cantautor Richard Farina, se dedicó en exclusiva a Crawdaddy.

En 1968, con una tirada de 25.000 ejemplares y la redacción en Nueva York, vende la revista, que cambiaría de manos varias veces antes de cerrar por vez primera en el año 1979. “No soportaba más Nueva York, y no soportaba dirigir un negocio”, dijo en 2001. Eso, y que la mucho más ambiciosa comercialmente hablando Rolling Stone le había quitado su papel de estandarte del periodismo rock. Había nacido 18 meses más tarde que Crawdaddy, pero vendía 250.000 ejemplares.

Williams ejerció de periodista free lance; fue jefe de campaña de Timothy Leary, en la breve vida política del gurú del LSD; se retiró de la escena musical y pasó gran parte de la de los años setenta y ochenta viviendo en comunas rurales y escribiendo libros, entre ellos el exitoso Das Energi (1973), versión jipi del Das Capital de Marx.

Uno de los artículos que escribió para Rolling Stone en 1975 fue sobre un escritor de Ciencia ficción prácticamente desconocido, Philip K. Dick, que despertó un nuevo interés en él. Muchos sitúan ese perfil como el principio del reconocimiento del escritor, hoy considerado uno de los nombres indispensables del género. Tras su muerte en 1982, Williams fue nombrado albacea literario de su obra.

El fallecimiento de Williams, el 27 de marzo en su casa de California, deja inacabado el cuarto volumen de su mítica serie sobre Dylan. Sin embargo, más que una obra concreta, la herencia de Williams fue la creación del periodismo rock. “De su mera existencia”, como dijo su coetáneo Robert Christgau.

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