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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lo que hay

En el último programa de 'Salvados', un templado y sonriente señor alemán le explicaba al estupefacto Jordi Évole la presente y futura realidad sobre la crisis en España

Carlos Boyero
El escritor Rafael Chirbes.
El escritor Rafael Chirbes.

En el último programa de Salvados, un templado y sonriente señor alemán le explicaba al estupefacto Jordi Évole, en perfecto castellano y sin la más leve duda sobre su científico diagnóstico, la presente y futura realidad sobre la crisis en España: “La alternativa de una persona que percibe un sueldo precario es que no tenga ningún sueldo”. Évole insistía: “¿Precariedad o paro, esa es la sociedad a la que vamos?”. Su entrevistado le respondía como si se dirigiera a un habitante del limbo: “¿Y cuál quiere usted? Es la que hay”. Este hombre tan práctico se llama Jürgen Donges y sabe de lo que habla. Trabaja como asesor económico de Angela Merkel.

La sentencia de ese realista e informado juez puede aumentar el desasosiego colectivo, pero es preferible que por una vez el poder deje de mentir a los que ya ha condenado, que los gobernantes y los dueños del tinglado no ofrezcan repugnantes caramelos de esperanza a los débiles de la selva, que estos tengan claro que en su tragedia está excluido hasta eso tan salvaje del sálvese quien pueda.

Al menos, nos queda un fulano tan impertinente como Évole haciendo las preguntas y las pesquisas que compartimos tanta gente a los distinguidos o subterráneos jefes y capataces de la gran cloaca, a la infinita cadena de corrupción que generó el desastre. Nadie va a perder lo que robó ni los malos van al infierno, pero reconforta un poco constatar lo nerviosos que se ponen cuando se prestan a responder a interrogantes tan inaplazables como vitriólicos. Y, cómo no, corre el riesgo si intenta cruzar los sagrados límites de que le cierren su peligrosa boca. Solo es un programa de televisión, pero también una tribuna en la que nos sentimos representados bastante, rabiosa y escandalizada gente.

Hay más alivios en medio de la desolación. Las viñetas de El Roto no te regalan risas, pero si un admirativo y amargo rictus, la sensación de que es imposible mayor lucidez sobre el estado de las cosas, asombrarte de que mediante un dibujo y una frase alguien pueda expresar día a día con tanta profundidad y genio lo que está ocurriendo. Y existe un escritor impresionante llamado Rafael Chirbes hablando con prosa dura, lírica y conmovedora de crematorios y pantanos. Y los habitamos todos. Y no se salva ni dios.

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