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“En Europa todo el mundo espera que vengan los chinos a comprar”

La economista especializada en arte Clare McAndrew coloca a España en el grupo de los países rezagados del mercado

José Ángel Montañés
Clare McAndrew, en una de las escaleras de Caixaforum de Barcelona.
Clare McAndrew, en una de las escaleras de Caixaforum de Barcelona. GIANLUCA BATTISTA

Clare McAndrew es una economista especializada en mercado del arte. Los informes que elabora Arts Economics, la firma que investiga la economía de este sector que fundó en 2005, son una referencia mundial. Tras el publicado en octubre pasado sobre el panorama español de 2012, el último se dio a conocer en marzo coincidiendo con la pasada feria de arte TEFAF de Maastricht, en la que se analizaban los movimientos, a nivel mundial, en el pasado año.

Entre las conclusiones más destacadas estaba el hecho de que el mercado se había contraído un 7% y que China dejaba el primer puesto en manos de Estados Unidos en volumen de negocio. Ayer pasó por Barcelona dentro del ciclo que organiza la Fundación Arte y Mecenazgo. El título de su conferencia fue El mercado del arte global en 2013. Líderes y rezagados.

Para la especialista, España está en el grupo de los rezagados. Por dos motivos: por estar en el continente europeo, “que no está funcionando porque es un lugar caro y complejo donde cuesta comprar y vender” y porque el mercado español se mueve en lo que ella llama “un segundo nivel”, donde no se realizan ninguna de las compras que dejan huella a lo largo del año.

La situación actual de China se ha producido, según ha podido comprobar, “porque ahora se controlan en el país los créditos del mercado inmobiliario y el gobierno está luchando contra la especulación”. Por eso, “en el último año solo se han vendido allí cinco obras de más de 12 millones de euros, mientras que en el año anterior se vendieron 25, sobre todo de arte chino antiguo, que es lo que más se cotiza allí”. Tras obtener los datos del gran país asiático McAndrew mantiene que “en Europa todo el mundo está esperando que vengan los coleccionistas chinos a comprar, pero allí solo hay 30 grandes coleccionistas de arte occidental, el resto compran arte chino antiguo, por el gran sentimiento nacionalista chino”.

Sobre lo opaco del mercado del arte y la dificultad en cuantificar las transacciones, asegura Clare McAndrew que es por el hecho de que más de la mitad son ventas privadas, algo difícil de cambiar “porque hay mucha gente que se beneficia de que sea opaco”. Mientras corrobora la sensación generalizada de que muchas veces se roza la línea roja, “sobre todo en algunos países relacionados con prácticas ilegales”. Sin embargo, alerta de las leyes demasiado restrictivas. “Nueva York, Londres y Hong Kong son centros importantísimos porque tienen regulaciones abiertas. En países como Italia tienen barreras enormes y eso anima al mercado negro del arte y a la compraventa ilegal. El arte es un mercado muy global y las operaciones se hacen donde los impuestos son los mejores y las barreras menores”.

Según McAndrew, el mercado del arte está polarizado. En el escalón más alto están las grandes firmas, “sobre todo de autores posteriores a la Segunda Guerra Mundial como Lichtenstein y Warhol, “con una huella histórica muy grande y con trayectoria de unos 50 años”. Esos están en alza, “incluso han rebasado a los pintores impresionistas como colectivo”. Por contra, el mercado medio y bajo está muy afectado por la crisis. “La gente compra lo que compran los demás. Ahora es el momento de apostar por autores más arriesgados, valorados un poco por debajo de su precio”, asegura.

A McAndrew no le sorprendió que en TEFAF solo acudieron cuatro galerías españolas. “Las que participaron tenían un nivel muy alto, pero el mercado español es mucho más pequeño de lo que podrías imaginar por el tamaño del país”. Para la especialista, la entrada de los fondos de inversión del arte no es un fenómeno nuevo. “Impulsaron el mercado en 2010 y 2011 pero sirven para ciclos a largo plazo. Son inversiones de unos 30 años. No funcionan para plazos más cortos. No se puede comerciar con arte como se hace con el mercado financiero”, advierte.

En cuanto a la situación española, asegura que no funciona el mercado del arte porque no hay un sistema que permita que haya grandes grupos de personas que compren arte. “Cuando los presupuestos son tan justos hay que facilitar que pase dinero del sector privado. Hay que hacerlo atractivo. La renta media no es alta, es una época complicada para que la gente compre, pero hay unas maneras para que sea más atractiva. Es importante que se apoye el mecenazgo”.

También cree que la subida del IVA no ayuda nada. De hecho, ahora está trabajando con las galerías francesas para analizar cómo repercutiría en la exportación una eventual subida del IVA cultural en este país. “Subir el IVA no es una medida acertada. Fomentando que el arte se compre fuera los impuestos se van a otro lugar”. Siempre se ha dicho que en momentos de crisis comprar arte era un valor al alza. El arte, según explica, está funcionando mucho mejor que otros artículos. “Se dejan de comprar bolsos de lujo y coches muy caros, pero el arte, lejos de devaluarse, aumenta de valor con el tiempo. Si no quieres llamarlo inversión, llámalo una forma de conservar el dinero”.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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