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El maestro de la feria de arte

El pintor impresionista protagoniza la exposición paralela al salón

El monte Tibidabo en 1912 a ojos del impresionista Darío de Regoyo.
El monte Tibidabo en 1912 a ojos del impresionista Darío de Regoyo.

La luz y el impresionismo volverán a ser los protagonistas de una feria y una exposición en Madrid entre el 24 y 28 de abril. Se trata, en esta ocasión, de la Art Madrid Maestros que, además de obras expuestas para su venta, incluirá una exposición del pintor impresionista asturiano Darío de Regoyos (1857-1913). "Queríamos dar un paso más, ofrecer algo más. Por eso invitamos a pasear por una exposición con obras que no están a la venta. Buscábamos crear un aperitivo a la feria", confiesa Borja Salazar, comisario de la feria.

La exposición Darío Regoyos: luz y fotografía -en la que se expondrán 10 obras del pintor, cinco fotografías de la época y abundante documentación- compartirá espacio con un salón que pretende cubrir el vacío expositivo y en el mercado de finales del siglo XIX y principios del XX. Aquí, se pondrá encontrar tanto pintura, como escultura y algo de fotografía. "Las ferias son más generalistas y siempre hay desde arte medieval hasta Egipto. Esto es específico. Hay un nicho de mercado no ocupado".

La elección de Regoyos para la muestra se basa no solo en su talento, sino en la conmemoración del 100º aniversario de su muerte. "Además de ser su centenario, estábamos seguros que podríamos conseguir los cuadros. El próximo año podría ser Picasso o Miró, pero aún no se sabe". La importancia de este pintor reside, asimismo, en haber sido el precursor del impresionismo en España, un movimiento no entendido en su época. "Él estudió en Bélgica y era amigo de Renoir, Gauguin, Pissarro... Le rechazaron y se reían de ellos, aunque el tiempo le ha dado la razón". A través de sus paisajes, la obra de Regoyos podría definirse como una especie de fotógrafo con pincel y paleta. "Las obras estarán junto a fotografías de la época pequeñas -15x15 centímetros- en blanco y negro, frente a cuadros coloridos de 50x50. La fotografía da detalles pero el impresionismo busca la sensación, algo que la fotografía aún no conseguía en esa época", opina Salazar.

Esta iniciativa sigue la línea de la exposición Frieze masters de Londres, en la que se busca relacionar el arte moderno y contemporáneo. De forma complementaria a las ferias artísticas, donde galeristas y anticuarios pueden vender sus obras, estos salones buscan promocionar la figura de un gran artista. A diferencia de otros espacios como Frieze, The armory show en Nueva York o MACO México arte, Art Madrid Maestros no solo separa la obra de la exposición sino que la organiza en fechas diferentes. "Es un complemento a lo que hacemos en febrero. Aquí abarcamos el período justo anterior al academicismo, realismo y el principio del arte contemporáneo", destaca Salazar.

'Los cordeleros' (1893), un óleo sobre lienzo de Joaquín Sorolla.
'Los cordeleros' (1893), un óleo sobre lienzo de Joaquín Sorolla.

Los organizadores de la feria, organizada por Art Madrid, mantienen las expectativas altas ante los buenos datos cosechados el pasado mes de febrero en su octava edición. "Ha ido mejor de lo que creíamos. Psaron entre 30 y 35.000 visitantes. Temíamos un bajón muy gordo pero el último día los galeristas sonreían y eso es buena señal", afirma Salazar sin concretar cifras económicas. En abril las joyas del salón girarán en torno a un cuadro del valenciano Joaquín Sorolla valorado en cerca de 1,5 millones de euros y otro de Raimundo de Madrazo en otros 800.000 euros.

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