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Varios ‘Ben’ para un solo Affleck

El director ha cumplido cuarenta años, tiene tres hijos y es conocido por sus actividades benéficas

Gregorio Belinchón
Ben Affleck, sobre el escenario del Dolby Theatre, nada más recoger el Oscar a la Mejor película para 'Argo'.
Ben Affleck, sobre el escenario del Dolby Theatre, nada más recoger el Oscar a la Mejor película para 'Argo'.robyn beck (afp)

El próximo mes de agosto se cumplirán diez años del estreno de Una relación muy peligrosa (Gigli) y va a ser complicado que haya una edición especial en DVD. Desde luego por su protagonista, Ben Affleck, no va a ser. Hace una década Affleck había pasado por una clínica de rehabilitación, se había enfangado protagonizando la adaptación al cine del cómic Daredevil e intentando hacer olvidar a Harrison Ford como Jack Ryan en Pánico nuclear, y era la pareja de Jennifer Lopez, a la que le regaló un anillo de compromiso valorado en unos tres millones de euros. Hoy ya ha cumplido cuarenta años, tiene tres hijos (dos niñas y un niño) con otra Jennifer, Jennifer Garner, es conocido por sus actividades benéficas y políticas, y tiene el Oscar como coproductor de la mejor película de 2013. ¿Cuál de los dos Ben estará más cerca del auténtico Affleck?

Está el Ben cercano a Kevin Smith, el tipo al que le encanta el póquer, el chaval que con ocho años se hizo amigo de un vecino dos años mayor llamado Matt Damon en Cambridge (Massachusetts), y que tuvo un subidón el día en que ambos ganaron el Oscar al mejor guion original con El indomable Will Hunting. El de la órbita de Harvey Weinstein. El nacido en Berkeley (California). “Hace 15 años me disteis este premio y no tenía ni idea de lo que ocurría. Yo era un crío”, confesó el domingo por la noche. Puede que algo de ese Ben aún refulja en su interior. Pero también está el Ben maduro, el cineasta con talento, el tipo que unos días antes de empezar a rodar Argo llamó a Kevin Costner, Robert Redford y Warren Beatty, tres actores que se habían dirigido a sí mismos, para pedirles consejo. “Me dijeron que me cubriera a mí mismo. Como actor director tiendes a rodar más planos del resto del reparto que de ti para no parecer un ególatra, me confesaron”. El primer día, obediente, se filmó a sí mismo tanto que desesperó al equipo técnico. “Así que conté el consejo que me habían dado a todo el que quisiera oírme”.

Los últimos meses han sido moviditos para Affleck, y no solo en lo cinematográfico. Por su implicación en la política exterior —ya ha testificado en el Congreso diez veces—, especialmente para llevar la paz al Congo con su iniciativa Eastern Congo Initiative, corrió el rumor que competiría por el escaño por Massachusetts que dejó vacante John Kerry al ser nombrado Secretario de Estado. Affleck lo desmintió en su Facebook. Pero ahí late el gusanillo que también le atrajo de Argo: “Quería incidir en esa gente que se dedica a ayudar, a negociar buenos acuerdos, a mejorar las relaciones bilaterales. Por eso me referí a Jean Renoir como una gran influencia cinematográfica, porque sus películas destilan un gran humanismo”. En San Sebastián dio entrevistas diez días después del asesinato de Chris Stevens, el embajador estadounidense en Libia, en Bengasi: “Ese es el tipo de diplomáticos héroes a los que quiero dedicar el filme. No creo que influya ni bien ni mal en la carrera comercial del filme, porque hablamos de décadas diferentes y distintos países, pero sí en gente con las mismas creencias basadas en la ayuda". También se rumoreó su nombre como director de Star wars VII. Él se rio. Curioso, porque Clooney y Grant Heslov, los otros dos productores, aseguran que le contrataron porque “era barato y estaba disponible”.

Hoy la broma no cuela. “No voy a dejar de actuar gradualmente para pasarme a la dirección. Cada largometraje como realizador me supone unos dos años de trabajo. Desde que dirigí Adiós, pequeña, adiós he actuado en seis películas. No puedo rechazarlas”. Ni tampoco tiene ambiciones de ser el gran cronista de Boston a pesar de sus dos primeros filmes como realizador. Por eso le atrajo Argo... pero su próximo proyecto como director será la adaptación de Live by night, otra novela de Dennis Lehane —el escritor de Adiós, pequeña, adiós— que se desarrolla en mitad de la Ley Seca en Boston. Gana Ben el serio.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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