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‘Luna, el misterio de Calenda’ regresa con aires renovados

"Cada capítulo de la segunda temporada es una película”, afirma Belén Rueda La serie vuelve esta noche en Antena 3

Raúl Pando y Belén Rueda, actores principales de 'Luna, el misterio de Calenda'.
Raúl Pando y Belén Rueda, actores principales de 'Luna, el misterio de Calenda'.

El misterioso pueblo de Calenda se tonifica con aires nuevos. Esta es la promesa de la segunda temporada de Luna, el misterio de Calenda,que hoy estrena Antena 3 (22.40). La serie incorpora tramas y personajes, pero también retoca su estética: “La productora ha hecho un esfuerzo para que, siendo la misma en esencia, la serie introduzca cambios. No se trata de un lavado de cara, sino que nos hemos abierto a nuevos temas”, afirma Sonia Martínez, directora de ficción de Antena 3. Belén Rueda, líder del elenco de la serie, reafirma las intenciones: “Las cosas cambian muy rápido en televisión, no podemos acomodarnos, en nuestras cabezas está siempre presente la renovación”.

La primera temporada, despedida con un promedio de 2.789.000 espectadores y un 15,2% de cuota de pantalla, parece recordarse: Telecinco ha decidido contraatacar hoy con la gala de Gran Hermano y Cuatro ha hecho lo propio con Celda 211. “Eso significa que nuestro producto es bueno, de otra forma no tendríamos enfrente al programa bandera de otra cadena”, asegura Martínez. “La televisión ha cambiado mucho desde que estuve en Los Serrano, pero ahora el público tiene cultura televisiva, lo que cuenta es que se entere bien de qué día se emite Luna”, incide Belén Rueda.

La nueva temporada consta de ocho episodios y en el reparto desembarcan intérpretes de altura: Álvaro de Luna, Roberto Álamo, Álex Hernández, Estefanía de los Santos y Alberto López. Pero los responsables de la serie insisten en más propuestas: “Se han trabajado de otra forma la luz y el color, porque la temporada está ambientada en primavera, se han incorporado elementos de comedia, sin abandonar una línea fuerte de misterio, se ha colocado la cámara en nuevos lugares…”.

Todas las cabezas visibles de la serie unen entusiasmos ante los episodios que están por llegar. Belén Rueda apunta alto: “En menos tiempo hay que llegar a más, este año tenemos ocho capítulos y cada uno es como una película, se inician y se concluyen muchas historias”. También se encuentra cómoda con los nuevos actores: “Cuando me dijeron que Álvaro de Luna iba a interpretar a mi padre, me entró un poco de mieditis”, pero es un orgullo estar a su lado. En cuanto a los jóvenes, “todos llegan con la lección aprendida, saben que esto es trabajo y estudio”. Su personaje se moverá en más terrenos: “La relación con mi padre, un forense jubilado que se inmiscuye en mis casos, abraza un poco el costumbrismo; además, cargaba en la primera temporada con una mochila muy pesada, que era la muerte de mi marido”.

Otro icono de la serie, Fran Perea, contagia su entusiasmo por el trabajo del equipo: “Somos un grupo que cree en el esfuerzo. Queremos dar lo mejor porque sabemos que los capítulos son más exigentes. Esto es como una Cruzada, esa es la diferencia. En esta temporada, mi personaje ha crecido, antes tenía la característica de la torpeza, y ahora va a tomar decisiones, a arriesgarse”. Entre los recién llegados, Roberto Álamo, del grupo teatral Animalario, y conocido por los espectadores por su participación en Águila Roja, interpreta al padre biológico de Vera y Pablo: “En el teatro estoy acostumbrado a interpretar dramas y obras con contenido social; la televisión me oxigena, rodar una serie como esta, con comedia, con aventuras, que busca entretener al espectador, es gratificante. En televisión hay muchos contenidos casi amorales y esta es una producción digna. Los directores te dejan tiempo, puedes proponer cosas como actor y así los personajes ganan en credibilidad”.

Los espectadores se enfrentarán esta noche con un primer capítulo que comienza fuerte, abriendo enigmas: cuando una vieja lápida de la ermita de Calenda se rompa de modo fortuito, dejará al descubierto una cripta en la que se encuentra un hombre vivo, envuelto en un sudario.

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