Esos gitanos que salen en la tele
Indignación por los "tópicos" sobre los romaníes en la serie de Cuatro
Palabra de gitano, la serie documental que estrenó Cuatro el domingo, eligió para su primer capítulo una boda romaní, quizá el acontecimiento más pintoresco de las tradiciones que perduran en este pueblo. Colorido, desde luego, indignante por su machismo trasnochado también, sórdido a veces (con su prueba del pañuelo virginal que encogía el estómago y perturbaba la razón), salpicado de recuerdos no tan remotos para la población en general. Atraso, incultura y exhibición de valores difícilmente reconciliables ya con una mentalidad del siglo XXI. ¿Son así los gitanos todavía? Algunos no y muchos han puesto el grito en el cielo. El director general de la Fundación Secretariado Gitano, Isidro Rodríguez, cree que se ha perdido otra oportunidad para mostrar a la audiencia una cara menos tópica de los gitanos, la de aquellos que "viven en un proceso acelerado de cambio, con sus contradicciones, sí, con sus dudas y sus complejidades, entre la tradición y las nuevas tendencias".
Rodríguez opina que este programa, "y casi seguro todos los que vendrán, ofrecerá de nuevo una visión estereotipada que anula la heterogeneidad de este pueblo y el esfuerzo de muchos jóvenes por avanzar".
No tienen los gitanos estadísticas para presumir. No todavía. Pero Rodríguez opina que no se merecen el "reproche social" de sacar a la luz con insistencia los atrasos, en lugar de reforzar su imagen de progreso, por más incipiente que sea. "Si los niños gitanos son absentistas no tienen la culpa solo las familias, también la tiene el sistema, la Administración. Todo eso también tendría que cambiar. Y la imagen que se proyecta. ¿Por qué no sacar a muchas chicas que hacen el esfuerzo de permanecer en las aulas de secundaria, o los universitarios?", se pregunta. No le falta razón. Quizá la audiencia se sorprendería gratamente. Reconoce que "existe esa realidad que refleja la serie. Pero se han ido a fijar en lo mismo de siempre", lamenta. "Creemos que los medios también tienen la responsabilidad de contribuir al avance con la imagen que proyectan de cualquier colectivo, porque de ellos también dependerá la vida de los gitanos y la relación que establezcan las minorías con las mayorías".
Precisamente ayer, la Fundación Secretariado Gitano presentó su informe anual sobre discriminación, informa Emilio de Benito. Y, en este caso, los protagonistas fueron también los medios de comunicación, responsables del 53% de las 148 situaciones documentadas. Como indicó Sara Giménez, del Área de Igualdad de Trato de la fundación, se trata de "casos, no incidentes"; es decir, situaciones que se han investigado y confirmado. En el caso de los que corresponden a la prensa, se trata, casi en su totalidad, de la mención de la etnia asociada a sucesos. Y ello pese a que casi todos los libros de estilo indican que rasgos como el origen étnico, nacionalidad o sexo solo se deben mencionar cuando aporten información añadida. También hubo muchas críticas a ciertos programas televisivos, con un fuerte mar de fondo contra Palabra de gitano, por tendencioso y por tratar a toda la comunidad en función de las acciones de una parte.
La comunidad no quiere que se la espolee mediante el "reproche social"
Cuatro respondió ayer a estas críticas diciendo que "respetan y estudian atentamente las opiniones y valoraciones sobre este y el resto de programas". "Palabra de gitano se centra en la importancia de determinados conceptos y valores en la vida de muchas personas de etnia gitana: la pureza, el amor, la familia, el luto, la ley, el honor… Al igual que otros muchos colectivos con los que convivimos a diario, mantienen costumbres arraigadas que son las que mostramos con la mayor fidelidad posible. Como no podía ser de otra manera, nos hemos acercado con el máximo respeto y creemos que esta docuserie ayudará a entender mejor a esta comunidad".
Pero la comunidad prefiere que se hable de educación, empleo, oportunidades, igualdad... Los gitanos recuerdan que la sociedad española "también era muy machista hace 40 años y ha ido avanzando. La comunidad gitana hace lo mismo, aunque a otro ritmo", dice Isidro Rodríguez. "Antes se decía que no era de gitanos ir a la escuela, eso ha cambiado. La identidad de un pueblo se reescribe día a día".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.